La noche de este jueves se quedará ya en el recuerdo del sevillismo por varias razones y en concreto estará por siempre en el recuerdo de algunos aficionados que fueron retenidos en Rotterdam de manera atípica y que fueron obligados a pagar una multa para quedar en libertad y poder salir de Holanda. El partido entre el Feyenoord y el Sevilla fue lo de menos para ellos.
Pasadas las horas hemos podido conocer más detalles de todo lo ocurrido y de cómo transcurrieron las horas, por qué actuó así la policía holandesa y cuáles fueron los pasos hasta llegar a esa esperpéntica situación de retención.
Los hechos comienzan a 150 kilómetros de Rotterdam, en Bruselas. Allí aterrizaron los hinchas sevillistas. Durante su estancia en la capital belga, la noche anterior, la del miércoles, causaron algún disturbio (apunta la policía holandesa) en el que también se vieron envueltos hinchas polacos del Legia. Esa información al menos es la que trasladó la policía belga a la holandesa. Porque fue la policía de Bruselas la que dio aviso a la de Rotterdam de la llegada de los aficionados sevillistas.
Ante este aviso, la policía de Rotterdam no se anduvo con rodeos. Se puso igualmente en contacto con la policía española para recabar información de los ultras y con los datos del autobús que llevaba a los sevillistas ya en su poder, con las insignias estudiadas y la matrícula anotada, establecieron un control de seguridad en el puente Van Brienenoordbrug, antes de llegar a la ciudad holandesa. En principio la sospecha es que acudieran sin entrada y pudieran causar disturbios. De hecho, incluso algunos medios aseguran que la noche del jueves, tras el partido, podría haber una cita entre radicales del Sevilla y el Feyenoord, cita que las autoridades locales querían evitar a toda costa.
El caso es que en ese control detuvieron el autobús de los ultras sevillistas y empezó el esperpento. También hubo otra retención de otra veintena de seguidores del Sevilla en otro punto.
Fueron trasladados de inmediato a la comisaría Veilingweg, y allí fueron retenidos y obligados a pagar 50 euros de multa para poder salir de Holanda. A muchos de ellos, y así lo recogen medios holandeses este viernes, se les argumentó que estaban retenidos por "prohibición de reunión".
Una vez fueron pagando la cantidad estipulada y liberados, fueron de nuevo custodiados y vigilados hasta el paso fronterizo con Bélgica de Hazeldonk, con el pertinente aviso a las autoridades belgas, que igualmente vigiló a los ultras hasta conducirlos a una zona segura desde donde pudieran tomar un vuelo de regreso a España.
He entrado para saber que ocurrio, y me voy sin saberlo. Mal articulo