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Sevilla FC
0-0
Atlético de Madrid

Más méritos que premios

Los jugadores del Sevilla lamentan una de las ocasiones perdidas.
Álvaro Ramírez

Tendrá argumentos el Sevilla, y de sobra, para lamentar el empate de este domingo ante el Atlético de Madrid en el Sánchez Pizjuán. Fue mejor el equipo nervionense, con y sin balón, táctica y técnicamente, y por momentos agobió al actual campeón de Liga y mereció encontrar su gol. Pero no lo hizo, porque en alguna ocasión perdonó y porque en otras no encontró el remate. Ese premio del gol no apareció y el Sevilla se quedó sin tres puntos que realmente mereció porque fue mejor.
Fue el conjunto de Emery, que desde la banda ganó a Simeone aunque no se viere reflejado en el marcador, mejor en todo lo que el Atlético suele ser superior. En la presión, en la línea de rechace, en la transición de la pelota, en la defensa incluso, en el repliegue. Pero faltó el gol. No es que a este Sevilla le falte, pero fue poco preciso a la hora de superar a Moyá, que además ha estado afortunado y ha sido responsable en parte de que el encuentro acabara sin goles. 
El Sevilla logró desactivar al Atlético de Madrid en la primera mitad. Primero con intensidad, porque incluso habiendo tenido un día menos de descanso que su rival desde que jugaran en competición europea entre semana apretó más, presionó más y ocupó mejor los espacios. Luego con inteligencia, porque quiso el balón, hizo correr a su rival y lo aculó durante casi toda la primera parte. Y tercero circulando la pelota con mucha rapidez, algo que hacía inocua la presión que habitualmente practica el conjunto de Simeone. Para ayudar a que la pelota circulara con asiduidad encontró el Sevilla una fórmula eficaz. Para empezar, Banega se hizo dueño del esférico y bajaba habitualmente intercambiando posiciones con Iborra, que se dejaba caer por el área. Además Kolo estuvo preciso y rápido de piernas y cabeza a la hora de dar salida a la pelota apoyándose a Krychowiak, que caía mucho a la izquierda. Tenía pues tres opciones variadas justo cuando el centro del campo atlético se echaba para arriba, algo de lo que terminó desistiendo para quedar cerca de los centrales y no ser superado por los sevillistas.
El Sevilla, pues, tenía la pelota, al rival bastante lejos de su área y se encontraba incluso con llegada al área, porque Bacca y Vitolo sacaron provecho del juego de espaldas y con faltas, cuando a Clos Gómez le daba la gana de pitarlas, y con incursiones en el área, que acababan con Vitolo en el suelo, sin que el colegiado advirtiera sanciones punibles, o con Bacca disparando, pues lo intentó en varias ocasiones encontrando la seguridad de Moyá. Era mejor el Sevilla y su pena fue no poder plasmarlo en el marcador. Por Moyá, que además desvió un balón que se colaba de su compañero Tiago, y por el palo, con el que se volvió a encontrar Iborra, uno de los factores que sorprendía a los colchoneros, que apenas se aproximaron y más por errores propios del Sevilla que por méritos suyos, como en un par de incursiones de Raúl García (a Mandzukic lo dejó el Cholo en el banquillo) y Griezmann.
La segunda mitad arrancó de inicio radicalizando las posturas, porque el Sevilla tuvo embotellado al Atlético los primeros 15 minutos tras la salida de vestuarios, entrando por las dos bandas, dominando la línea de rechace y forzando faltas una tras otra cerca del área de Moyá. Faltas que algunas debieron suponer de entrada más cartulinas para los colchoneros, de todos los colores, amarillas, que algunas se llevaron, y una roja al menos, en una entrada escalofriante de Griezmann a la rodilla de Aleix Vidal. Pero se agotaron esos minutos de dominio, de acoso por momentos. Entraron en acción los cambios y de entrada Simeone dio aire a su equipo con la salida de Torres, que dio a su equipo lo que necesitaba, pelota. Conducía el madrileño y daba posesión, y por ahí se equilibraba el encuentro. Coincidió además con el bajón físico del Sevilla, porque futbolistas como Vitolo, Banega, Bacca empezaron a bajar enteros.
Respondió Emery con dos cambios, no exentos de riesgo, pues retiró a Arribas, retrasó a Krychowiak y sacó a Reyes y M'Bia, poniendo a Aleix de lateral. De nuevo con los cambios el Sevilla volvió a mandar en el partido, jugando en campo contrario pero ya con menos profundidad, aunque seguía sacando córners, metiendo balones arriba aunque con poco remate, eso sí. Apenas, salvo un cabeceo de Iborra, se probó a Moyá, a pesar de ser protagonista en el encuentro. 
El cansancio hizo mella en los dos equipos, sin duda, y eso que el Sevilla tuvo un día menos de descanso, pero casi con más corazón de cabeza acabó el duelo metiendo a su rival en el área propia, pero como en el resto del partido, sin fortuna.

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