Es Noticia
Sevilla FC
2-0
Athletic Club

En Nervión los sábados son de gloria

Álvaro Ramírez

El Sábado Santo ha recuperado en Nervión su antigua denominación, de Gloria. Porque el Sevilla, en Nervión, convierte los sufrimientos, los sacrificios, en puros momentos de gozo y disfrute. Da igual la fecha, la temperatura o el rival, da igual la forma y hasta el fondo. Gana siempre, o casi siempre. Son ya 14 meses los que el Sevilla anda intratable en Nervión, 14 meses en los que no pierde y en los que han abundado victorias como las de esta calurosa tarde, cómodas. Porque el equipo nervionense ha solventado con sorprendente facilidad el envite ante el Athletic, un Athletic que venía de cinco victorias consecutivas que ha caído rendido ante otro nuevo planteamiento exitoso de de Unai Emery. El entrenador del Sevilla buscó las vueltas al plan de Valverde hasta construir un triunfo facilón y hasta con suficiencia.
El equipo hispalense, además, sigue con su imparable marcha y suma 58 puntos, ni más ni menos. Que de momento dan para volver a acercarse a los puestos más altos y para seguir batiendo registros históricos en Primera división.
El Sevilla se adaptó mejor a las circunstancias del encuentro que el Athletic y además actuó de forma mucho más inteligente bien comandado, una vez más, desde el banquillo. Además de la habitual presión y concentración nervionense en el Sánchez Pizjuán, le buscó las cosquillas al planteamiento de Valverde de forma bastante sencilla. Querían los vascos resguardarse de la zona de rechace sevillista, de esos balones tocados por Iborra que activa a la segunda línea sevillista. Para ello, intentó achicar los espacios, inundar la zona de rechace de efectivos (entre tres y cinco efectivos se activaban en la medular) y no separar sus líneas más de lo debido. Y ante esto, el Sevilla se sacó de la chistera una fórmula que dejó fuera de lugar el plan vizcaíno. Pareja y Banega, allí donde los delanteros vascos apenas presionaban de inicio para no separar sus líneas, se convirtieron en perfectos lanzadores de sus futbolistas en largo. Son dos jugadores con excelente desplazamiento, y lo notó Iborra en un pase de Banega y Vitolo en otro del central. No marcó en ninguna de esas acciones, pero metió el miedo en el cuerpo al Athletic, que ya no sabía si recorrer metros atrás para resguardarse de los balones largos o achicar para que Iborra no entrara en acción.
Achicando se comió la zaga y Gorka una irrupción de Aleix Vidal, el más listo de la clase, que desde segunda línea sorprendió a todos, portero incluido, para romper el fuera de juego, desplazarse la pelota y marcar a placer. Y mirando sus espaldas habilitó en otra jugada a Iborra primero para que recibiera de espaldas y activara una segunda jugada y luego para que cayera a una banda y asistiera a Carlos Bacca para que dejara en evidencia a San José en carrera, metiera el exterior y rompiera de nuevo la meta vizcaína.
Dos goles que con sorprendente facilidad desmontaron la estructura del Athletic en defensa. Luego, cierto, el Sevilla quiso ceder metros, el Athletic ganarlos y hubo acercamientos con peligro. Sobre todo uno en el que Pareja apareció milagrosamente para evitar el gol de Aduriz ante cierta indecisión de Rico.
Con la preocupación por Muniain y una tendencia clara del encuentro llegó el descanso. El Sevilla tenía en la mano el mapa para alcanzar la meta de la victoria muy claramente trazado. Esperar y buscar a la contra en conducción o en largo la forma de sorprender al Athletic Club. Además, contaba el equipo de Emery con el aval de su defensa, muy firme como últimamente cuando coinciden juntos Pareja y Carriço, un dúo sólido como pocos que se proyecta en firmeza a la medular con Krychowiak. Son tres valladares difíciles de superar si no se tiene una precisión excelsa o una calidad técnica individual cotizada. 
Por esa, entre otras razones, el Sevilla agotó los minutos hasta con cierta comodidad ante el conjunto de Valverde. El calor fue además un elemento más en el choque, más perjuidicial para los vascos que para los andaluces, aunque no se salvaron del cansancio los Iborra, Bacca, Aleix, Vitolo, Tremoulinas, etc. Motivo además para que el Sevilla, a pesar del mando absoluto de Banega, alcanzara posiciones de remate de manera mucho más ocasional y escasa. Los cambios (Gameiro, Denis, Navarro) tampoco alteraron demasiado esa tendencia ofensiva y el encuentro se escapó en el agradable tedio de una tarde de Sábado Santo que para el Sevilla también ha sido, ha vuelto a ser, de gloria.

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