El Sevilla se medirá el próximo sábado al Barcelona en el Sánchez-Pizjuán. Uno de esos partidos que señalados en el calendario. Es cierto que antes tendrá que visitar el Ciudad de Valencia para enfrentarse al Levante. Un equipo que no se le da precisamente bien en las últimas temporadas. Sin embargo, nadie podrá evitar que el aficionado mire con ilusión el partido del sábado. Y no sólo en Sevilla se mira de reojo este choque. También el Barcelona, desde ya, prepara con mimo el encuentro. Prueba de la importancia que se le da, está en el hecho de que Sergio Busquets provocase este domingo su quinta tarjeta amarilla, para poder estar disponible en el partido de Nervión.
Cuando el partido expiraba y el Barça ya mandaba en el marcador gracias al gol de Mathieu, el centrocampista se disponía a botar una falta en el centro del campo. El azulgrana, alevosamente, tardó más de lo necesario a la hora de sacar. Fue entonces cuando el jugador del Celta Orellana le lanzó un trozo de césped a la cara. El árbitro Iñaki Vicandi Garrido expulsó al chileno y amonestó a Busquets por perder tiempo. Así las cosas, el jugador se perderá el partido de este miércoles ante el Almería.
Después del partido, el barcelonista atendió a la prensa y no puso demasiado empeño en esconder que había forzado la tarjeta amarilla para llegar limpio de amonestaciones al choque ante el Sevilla. “Me sacaron tarjeta amarilla y no sé qué pasó. Me cayó césped y tierra en la cara. Fue muy curioso. No pasa nada y se queda ahí. Quería sacar la falta y al final tardé un poco demasiado. Es la quinta tarjeta, me tocaba descansar y la llevaba antes de la lesión del tobillo”, admitió el jugador.