El futuro de Unai Emery, actual entrenador del Sevilla, sigue estando en el aire, porque ninguna de las partes, ni el propio Unai ni el club, han confirmado oficialmente su continuidad y además el técnico tiene de plazo hasta el lunes para comunicar su decisión a Monchi y a José Castro. Pero, la realidad es que este jueves, durante la espectacular celebración del Sevilla, hubo detalles que hacen pensar que el vasco va a optar por la continuidad. En concreto, hubo una parte de su discurso que deja entrever que entrenará al Sevilla de Champions League. "Vamos a por la Champions", indicó.
Fue la parte final de su sentida alocución, honda, que ha calado y mucho en el sevillismo. Llamó "santuario, templo" al Sánchez Pizjuán, donde se respira "algo especial" y cada jugador siente "que se debe a todos los sevillistas, porque lleva el escudo en el corazón" y sabe "que la exigencia es máxima, pero que si lo da todo la afición va a estar con él".
Pero más allá de sus palabras, la comunicación no verbal diría que Emery lanza un mensaje continuo de comodidad, de felicidad, de satisfacción. Se pudo ver cuando cogió la bandera del Sevilla en el césped y empezó a ondearla como si fuera un aficionado más. O cuando en el ayuntamiento cantó y arengó a los sevillistas con sus cánticos, o cuando se abrazó con Monchi antes de saltar al césped, al terreno de juego durante la fiesta. Fueron detalles y más detalles del entrenador del Sevilla. Donde todos le quieren y esperan su continuidad.