Corría el minuto 77 de partido. El Sevilla veía como, poco a poco, se le escapaban dos puntos que en la primera parte parecía tener en el bolsillo. El Levante, de hecho, apretaba y el partido estaba en el alambre. Sin embargo, en ese intercambio de golpes, era indudable que el Sevilla podría aprovechar su mayor pegada.
En una de esas intentonas ofensivas, Tremoulinas llegaba a la línea de fondo y servía un centro marca de la casa al segundo palo. Ahí estaba Immobile, que jugaba su segundo partido en Liga, para rematar a placer. Se cantaba el gol, pero inexplicablemente el balón se marchó fuera desviado. Fue entonces cuando el italiano saltó como un resorte para reclamar penalti al árbitro. Y es que Juanfran, el lateral zurdo del Levante, salió a tapar el cabezazo, realizó un paradón con el brazo izquierdo. El árbitro, sin embargo, no vio nada punible, ni tampoco el juez de línea, y el penalti se fue al limbo.
En rueda de prensa, Emery quiso quitarle hierro al asunto: “Yo no lo he visto. Me dicen en la televisión se ha visto claro. En Málaga le quitaron un gol al Málaga que podría haber subido al marcador. Al final, los árbitros te dan y te quitan”.