Éver Banega es hoy por hoy uno de los mejores centrocampistas del mundo. Uno de esos hombres que, sólo con su presencia sobre el verde, mejoran a un equipo de fútbol. Galardonado como el mejor futbolista de la final de la pasada Europa League que venció el Sevilla FC, vive sus mejores momentos como profesional desde que debutara con Boca Juniors el 10 de febrero de 2007 contra Banfield, con apenas 18 años. Tras unas temporadas en Valencia y en el Atlético donde sus escándalos fuera del terreno de juego le impidieron mostrar su potencial, el mediocentro volvió a renacer como futbolista en Newells Old Boys en invierno de 2014.
Cuando nadie daba un duro por él en Europa, decidió regresar a su país, con la moral baja pero con el convencimiento de que rompería en la estrella que prometía desde sus primeras 'gambetas' en La Bombonera. Éver retornaba a casa, a la ciudad que le vio crecer, al club que lo había formado desde pequeño. Newell's Old Boys, cuna de leyendas como Batistuta, el 'Tata' Martino, Jorge Valdano, Messi... y de Banega. Allí, en el banquillo del estadio Marcelo Bielsa, le esperaba Alfredo Berti, exjugador del club argentino, que a su vez sustituía al actuar seleccionador de la albiceleste, Martino, que había dirigido a la escuadra rojinegra hasta junio de 2013.
El hoy sevillista volvía a casa por Navidad, en el mercado de invierno, en busca de retos, en busca de relanzar su carrera, con la intención de dejar atrás los errores del pasado. Para ello, eligió estar acompañado de su familia. La hinchada de Newell's enloqueció en su presentación. "Hablé con Lionel (Messi) y me comentó que estaba contento, igual que el Tata (Martino). Quiero devolver todo el cariño que me brinda la gente dentro del campo; deseé tanto este momento que al fin se hizo realidad. Jugaré en el club del que soy hincha", dijo por aquel entonces, ante un coliseo a rebosar. Miles de aficionados acudieron al estadio para ver a su ídolo, esperando ver a aquel jovenzuelo que unos años antes abandonaba argentina camino de España siendo dueño y señor del mediocampo de Boca Juniors. Un boca que trató de incorporarlo, pero Banega lo tenía claro.
(Imagen: Diario Olé)
Emocionado como un hincha más, le esperaba Alfredo Berti. Los tiempos cambian, y las tornas también. El que fuese su ídolo de pequeño (pues el ahora técnico fue mediocentro en Newell's) se encargaría de entrenarle y sacar a relucir sus virtudes. Y lo consiguió. Así cuenta a ElDesmarque cómo fue el momento de la llegada de Banega: "Volvió con muchas ganas, y verdaderamente nosotros ya conocíamos su juego, su estilo. No íbamos a descubrir a Éver, sólo teníamos que potenciar sus habilidades. Es un chico con mucho talento, ¡con una pegada exquisita!. Nos alegra mucho que le vaya bien, fue importantísimo para nosotros".
El mediocentro disputó 20 partidos con los rosarinos, entre la Liga y la Libertadores, anotando un gol y regalando una asistencia. Pero su influencia en el juego iba mucho más lejos. Era el eje y timón de un equipo que bailaba a su ritmo. Jugaba ante su gente, ante unos fans que hasta no hace mucho habían compartido grada con él. "El volvió con ganas. No le vi dudar en ningún momento. Acá en Newell's encontró un buen nivel. La estabilidad que alomejor antes no había tenido. Sus buenas actuaciones permitieron que después llegasen las convocatorias con la selección. Creo que Éver tiene nivel de selección y ha cambiado la mentalidad. La actitud y por eso es presente en la albiceleste y con el Sevilla", explica Alfredo.
Ya por aquel entonces, Monchi estaba convencido de que Banega no había dicho su última palabra en Europa. Antes incluso de que finalizase la temporada, ya se apresuró a ponerse en contacto con el mediocentro para transmitirle que en el Sevilla seguían de cerca sus pasos. Y así fue. En Nervión apostaron por él, y pese a unos primeros meses con alguna lesión, se adaptó al esquema de Emery y se erigió en una de las estrellas del equipo. Su por entonces técnico en argentina cree que la madurez que adquirió en Newell's fue clave: "Creo que se le ve mucho más maduro, se le ve muy tranquilo con su juego. Confiado, y ahí, es un fenómeno. Todos sabemos de su calidad. Está mentalizado, con muchas ganas. Imagino que sabe que teniendo un buen rendimiento en Sevilla, le abre las puertas en su selección. Y eso para él es primordial".
Llegó junio de 2014, y volvió a Valencia, aunque sin mucha intención de continuar en Mestalla. Ya había entablado conversaciones con el Sevilla, donde quería proseguir su carrera. Los hinchas del club rojinegro pidieron con cánticos su continuidad en el Marcelo Bielsa, pero la cláusula de 12 millones que añadieron al contrato los ché lo hacían imposible. "En Newell's de Rosario, la afición lo quiere mucho. Claro que lo echan de menos. Todo el mundo futbolístico le tiene mucho respeto. Conocemos su calidad futbolística y su sentimiento por el club. En juveniles ya mostraba su carisma y que era superior a la mayoría, y de mayor en la selección lo ha confirmado. Si está inspirado y concentrado, con ganas y con deseo, es pieza básica para cualquier equipo del mundo".
Unos hinchas que lo añoran, y otros, los sevillistas, que lo adoran. Así lo mostraron tras su última exhibición ante el Getafe, brindándole una ovación cerrada cuando abandonaba el terreno de juego con los deberes hechos. Dos asistencias, un gol, y un recital de juego. Apenas unos días antes, en Manchester, había secado al todopoderoso mediocampo del líder de la Premier League. El crecimiento de Banega parece no tener techo, una apreciación que comparte su por entonces técnico en Argentina. "¿El tope? Banega tiene que pensar en el día a día, en mantener el nivel alto que está mostrando. Claro que puede mejorar, pero tiene que medir sus esfuerzos para seguir jugando tan bien, así le irá muy bien a él y a su club".
Éver Banega volvió a renacer como jugador en Newell's. Atrás han quedado ya sus escándalos extradeportivos que él mismo se ha encargado en transformar en meras anécdotas. Ahora, el cinco del Sevilla es también el cinco de la selección argentina del 'Tata Martino'. Curiosamente, otro ídolo de Newell's y de Banega. Rosario, más cuna del fútbol que nunca.