Carlos Bacca será un sevillista más este martes en el Ramón Sánchez Pizjuán. Pero no será como jugador, sino como espectador. El cafetero, cuyos goles están siendo añorados por la parroquia de Nervión, ha vuelto a repetir la visita que ya realizase en el Juventus Stadium hace varios meses para apoyar desde cerca a los que fuesen sus compañeros.
Su complicidad con el plantel es tal, que Unai Emery le ha permitido que viaje incluso en el autobús oficial de equipo camino del Sánchez Pizjuán, aunque vestido de paisano, sin emblemas del club. Posteriormente, se ha introducido en el estadio junto a sus amigos blanquirrojos. El colombiano, que marcó 49 goles en 108 partidos como sevillista, se marchó el pasado verano al AC Milan por el importe de su cláusula de rescisión, unos 30 millones de euros. Siempre que puede, tal y como ha reconocido en múltiples ocasiones, visita a ciudad para pasar su tiempo libre con algunos de los actuales miembros del cuadro hispalense.