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El mejor amigo del punto fatídico

Á. Aguado

Otro jueves de Feria más. Otra noche mágica en Nervión. Otro pase a semifinales de la Europa League, la competición con la que sueña cada sevillista antes de irse a dormir. Y sobre todo, otra tanda de penaltis que superan Emery y sus guerreros sin ni siquiera errar uno. Estos han dejado en la cuneta a un dignísimo Athletic como más duele, desde el punto fatídico. Como en Turín ante el Benfica, o como en el Villamarín contra el Betis. Los once metros tras una prórroga, el rival más temido para cualquier club... menos si éste lleva en su pecho el escudo del Sevilla Fútbol Club.

David Soria pasó de héroe a villano en una milésima de segundo. La que tardó en adivinar y en detener el lanzamiento de Beñat, el único de los 10 lanzadores que erró su disparo. El joven canterano fue la viva imagen de la alegría de su hinchada tras atajar y quedarse consigo el balón del vasco. Y cerca estuvo de parar otros tres más. Sólo en el segundo de ellos, de Borja Viguera, no acertó la dirección del disparo. Especialmente emocionado el portero, corrió a abrazarse con Javi García, uno de los fichajes silenciosos del Sevilla y que tanto rédito está dando. El preparador de porteros, un auténtico especialista a la hora de analizar los lanzamientos de los once metros, y que se encargó tras la prórroga de aconsejar al meta sobre las preferencias en los tiros de los rivales.
Una tanda fatídica para los contrarios del Sevilla...y para Valverde, que vuelve a sufrirla en sus carnes. Él entrenaba al Espanyol en Glasgow en 2007 en la final de la UEFA contra el Sevilla de Juande Ramos. "Por eso pensaba que íbamos a ganar, porque dije que otra vez no iba a perder en penaltis", comentó el técnico tras el choque.
Unos penaltis que traen grandes recuerdos a la entidad de Nervión, que ya dejó en la cuneta al Betis en la 13-14 en el Benito Villamarín en los octavos de final, y que ya permitieron a los de Emery alzar al cielo de Turín su tercera Europa League. Desde que Vitolo errase el primer remate de la tanda ante los verdiblancos, cada golpeo ha terminado en gol. Cuatro ante los béticos, cinco ante el Benfica, y cinco frente al Athletic. 
Acerca de esto, Unai comentó en sala de prensa que "hay una clave. Estábamos preparados para jugar hasta el último penalti. Sabíamos que iba a ser una eliminatoria dura. Los detalles eran clave. Quien fuera capaz en sus momentos de tener superioridad, iba a llevarse la eliminatoria. Lo llamo buena suerte y esa hay que trabajarla".
Una especialidad desde el punto fatídico, cuyo secreto está en la propia personalidad de los jugadores, según Emery: "El jugador es el que manda. El que te mira a los ojos y te dice yo lo tiro. Yo conozco a los jugadores del día a día, pero en estos momentos no. Sólo me guiaba por su mirada. Si miras a un jugador y te quita la mirada, olvídate, si te mira y los miras y te dice dice con la mirada que sí, para adelante. Lo único claro que tenía es lo de Gameiro, porque lo conozco, y sabía que iba a tirar el quinto”.

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