Un derrumbe en la Liga sin el fortín de Nervión

Es indiscutible que el Sevilla anda más pendiente de la Liga Europa y de la Copa del Rey que de sus compromisos ligueros. Cuando parecía que la cuarta plaza era una posibilidad más que real tras pasar por encima del Villarreal en el Sánchez-Pizjuán, situándose a cinco puntos del equipo amarillo (con el golaveraje ganado), un mes después el equipo se ha caído en la Liga, hasta el punto de que ya es séptimo, a 11 puntos del Villarreal, a cinco del Athletic y a cuatro del Celta de Vigo.

Las distancias se han acentuado y la explicación es sencilla: sólo ha logrado un punto de los últimos 12 posibles. El Sevilla únicamente ha podido empatar un partido de los cuatro últimos, ante el Deportivo, y, de hecho, si no consigue ganar este miércoles ante el Sporting, igualará su peor racha liguera de la temporada. Una racha que se produjo en el arranque del campeonato, cuando el equipo enlazó cinco partidos sin ganar, con dos empates, ante el Málaga y el Levante; y tres derrotas, ante el Atlético, el Celta y la UD Las Palmas.
Un derrumbe en la Liga que tiene su razón en la pérdida de la fortaleza del Sánchez-Pizjuán. El Sevilla, otrora un equipo casi inexpugnable en su feudo, encadena ahora dos partidos consecutivos sin vencer, ante la Real Sociedad y el Deportivo. Tres, si se cuenta la derrota ante el Athletic Club en la vuelta de los cuartos de final de la Liga Europa, aunque al menos logró el pase a las semifinales gracias a la tanda de penaltis.
El cuadro de Emery, en suma, está pasando posiblemente por uno de sus peores momentos de la temporada, justo en el punto más importante de la misma. Existe, en cualquier caso, la sensación y la esperanza de que el equipo sepa responder cuando llegue lo realmente importante, como sí hizo en San Mamés, donde consiguió su primera victoria europea a domicilio de la temporada, cuando parecía más difícil.