El Sevilla vivirá un precioso mes de mayo con dos finales en menos de una semana (18 en Basilea y 22 en Madrid). La 13ª y la 14ª de los últimos diez años, una década prodigiosa con muchos éxitos que tienen visos de prologarse en el tiempo. Desde aquella noche en Eindhoven de 2006, el equipo de Nervión ha llevado a sus vitrinas un total de ocho títulos. Ante el Liverpool, primero, y después frente al Barcelona podría sumar el noveno… o el décimo.
En la citada década gloriosa, el Sevilla ha ganado cuatro Ligas Europa, dos Copas del Rey, una Supercopa de España y una Supercopa de Europa. En el camino se quedaron otras tres Supercopas europeas (2007, 2014 y 2015 ante Milan, Real Madrid y Barcelona, respectivamente) y una Supercopa nacional (frente al Barcelona en 2010).
Un gol de Pedro, en la recta final de la prórroga, dejó al Sevilla con la miel en los labios después de haber igualado un 4-1 ante el Barcelona, con una media hora excelente de juego y goles. Banega abrió muy pronto el marcador, pero Messi apareció por dos veces de falta para batir a Sergio Rico. Luis Suárez y Rafinha prolongaron la ventaja, aunque el equipo de Emery no se sintió perdedor. Reyes, Gameiro y Konoplyanka pusieron el 4-4, llegó la prórroga hasta que Pedro resolvió.
El equipo dirigido por Unai Emery se impuso al Dnipro en una reñida final (3-2), resuelta gracias a un gol de Carlos Bacca en la segunda parte. El colombiano y Krychowiak marcaron antes para igualar los goles de Kalinic y Rotan.
Una de las peores finales disputadas ante el Sevilla, que apenas creó apuros al Real Madrid. El doblete de Cristiano Ronaldo fue suficiente para que los blancos se llevaran la Supercopa de Europa.
Otra tanda de penaltis decisiva que cayó de lado sevillista. Gameiro marcó el último penalti para sumar la tercera Liga Europa. Un partido muy competido (0-0) donde ambos equipos pudieron ganar, pero al final fue el Sevilla quien se llevó la gloria.
El Sevilla tiró por la borda en la vuelta (4-0) la gran ventaja obtenida en la ida (3-1). El conjunto azulgrana se presentó en Nervión con muchos suplentes y canteranos, pero en el Camp Nou la historia fue muy distinta. Un autogol de Konko y un hat-trick de Messi evitaron otro título sevillista.
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La final de la mascota de Del Nido. Un sombrero que resultó ser un talismán para el presidente y para el equipo. Capel y Jesús Navas redondearon un partido espectacular del Sevilla ante un rival que venía de ganar la Liga Europa.
El partido que nunca se tuvo que disputar, al menos ese día. El falleciemiento de Antonio Puerta dejó muy tocado a una expedición que no tenía la cabeza en la final. Renato adelantó al Sevilla, hubo celebración especial, pero el cansancio hizo mella y el Milan remontó con goles de Inzaghi, Jankulovski y Kaká.
Uno de los partidos más espectaculares del Sevilla en los últimos años fue el de vuelta en el Santiago Bernabéu. Todavía con Juande Ramos en el banquillo, el 3-5 hizo añicos al Real Madrid, que ya había perdido en el Sánchez-Pizjuán por 1-0.
Un triplete en la temporada 2006-2007, la más completa del Sevilla en la última década. Faltó la Liga, por la que luchó hasta la última jornada, pero el gol de Kanouté lleno de fiesta blanquirroja el Santiago Bernabéu. El Sevilla volvía a ganar una Copa del Rey muchos años después.
Palop, San Palop para el sevillismo, dio una nueva alegría al Sevilla. Tras su gol en Donestk, el meta valenciano detuvo tres penaltis para llevar el éxtasis a la afición. Adriano y Kanouté, por el Sevilla, y Riera y Jonatas, del Espanyol, marcaron los goles durante los 120 minutos del encuentro.
Una avalancha llamada Sevilla pasó por encima del Barcelona. Renato, Kanouté y Maresca, de penalti, firmaron los goles en una noche mágica en Mónaco. El Sevilla había dado el primer gran golpe sobre la mesa en una temporada para enmarcar.
La noche que cambió la historia reciente del Sevilla Fútbol Club. La primera final europea fue magia pura para el sevillismo. Luis Fabiano, Kanouté y Maresca, por dos veces, golpearon a un equipo inglés desarbolado y sin opciones. Un 4-0 rotundo e histórica, una fiesta enorme. La primera de muchas que llegaron después.