Los precios, más hostiles que el clima en Basilea

El desembarco masivo de sevillistas se producirá en Basilea este miércoles, cuando lleguen la mayoría de los vuelos chárter que partirán desde el aeropuerto de San Pablo con destino a la ciudad suiza. Desde por la mañana temprano empezarán a salir y a aterrizar en la sede de la final de la Europa League. Pero ya hay algunos grupos de aficionados sevillistas establecidos en esta coqueta, no demasiado grande, localidad helvética, en la frontera con Alemania y Francia.

Debe saber el sevillista que acuda a Basilea que se encontrará con un clima cambiante pero no excesivamente hostil. Lo hostil en Basilea, y en Suiza en general, son los precios. Deben andar los aficionados con tacto y cuidado, según los sitios y según los precios. Un café difícilmente baja de los 4 euros, una cerveza se va a los 5 mínimo y puede alcanzar hasta los 10 euros fácilmente. Y a partir de ahí pueden imaginarse la escala. Las comidas y los restaurantes pueden alcanzar por poco que se pida los 30 euros per capita fácilmente.
En cuanto al transporte, el tranvía con el que deben quedarse los sevillistas es el número 14, que desemboca en la puerta del estadio. Es una de las formas más sencillas de llegar al estadio, aunque también los autobuses pueden funcionar. También hay taxis, claro, pero igualmente los precios suben. Aunque este miércoles casi que mejor evitarlos, pues hay una sonora y ruidosa huelga de taxis en toda la ciudad que, al menos, sorteó habilidosamente el Sevilla para llegar a su hotel.
Lo dicho, en Basilea las principales amenazas de los sevillistas son el Liverpool y los precios.