La final agonizaba, el partido se acababa y el Barcelona tenía ya la Copa del Rey en el bolsillo prácticamente. Entonces, en el gol norte del Vicente Calderón, la afición del Sevilla empezó a cantar, a cantar como si el título fuera a sus alforjas o como si quisiera fundirse con su equipo. Más lo segundo. El encuentro estaba parado, un jugador atendido y la pelota parada. Entonces Piqué, que completó realmente un gran partido, se giró hacia la afición del Sevilla y aplaudió.
Un breve gesto, casi fugaz, pero que deja muy a las claras la dimensión del comportamiento de la afición del Sevilla en la final ante el Barcelona. Tanto es así que hasta los rivales de una forma o de otra se lo reconocen.
prosistas
Ya le preguntaron una vez sobre por qué afición se decantaba y dijo la del sevilla, asi que a mi no me sorprende, grande mi sevilla y gran jugador piqué