Comienza la cuenta atrás. Cinco partidos, sólo cinco, para que el Sevilla FC culmine la que hasta ahora ha sido una Liga de notable alto. En la reválida del tramo final está en su mano convertirla en sobresaliente, culminándola al menos entre los cuatro primeros puestos o, por qué no, luchar definitivamente por ser el primero de los mortales, ocupando una tercera plaza que sabe casi a metal. Caer de esa cuarta plaza condenaría la campaña a un aprobado raspado.
Ha pasado el club de Nervión por gran cantidad de vicisitudes esta campaña, pero al final acaba demostrando ser un gigante con cimientos cuando, a pesar de todo, está a pocos pasos de confirmar el objetivo y de volver a colarse entre los grandes del continente, ese lugar al que se ha acostumbrado desde que hace ya 11 años adquiriera de golpe pedigrí europeo.
Precisamente este jueves visita el Sánchez-Pizjuán un equipo que parece un espejo del Sevilla de la pasada temporada. En el tramo final al Celta sólo le interesa una cosa, la Europa League, en cuyas semifinales ha quedado emparejado con el Manchester United, por lo que de plantarse en ese partidos de aspirantes a suceder al rey de la competición que se jugará a finales de mes en Suecia tendrá aún más lustre. ¡Qué recuerdos!
Por ello, al equipo de Eduardo Berizzo no se le presupone este jueves demasiada competitividad, como tampoco la tuvo el domingo ante el Betis en Balaídos, aunque en ese encuentro descansaron muchos titulares y ahora el argentino viaja con todo lo que tiene y apunta a once de gala. También entra entre las posibilidades que el técnico del conjunto vigués quiera dejar su tarjeta de visita en el Sánchez-Pizjuán por si acaso… aunque en ese caso más le valdría un Sevilla de Champions... Sea como sea, en Vigo dan por hecho que la mejor prueba para la Europa League es sacar ante el vigente campeón el equipo titular que jugará el próximo jueves ante el United. Mala idea no es.
Volvamos al principio, porque en este sprint final el gran enemigo del Sevilla es el propio Sevilla. Cuenta con varios cuerpos de ventaja para asegurar el cuarto puesto, y mientras está muy cerca de alcanzar a un tercero que tiene unos cuantos obstáculos más por el camino. Tropezar es cuestión únicamente suya.
Jorge Sampaoli recupera para este primer escollo a dos hombres que han sido clave durante la temporada, Rami y Nasri, pero a los que no ha echado nada de menos el equipo en su ausencia. La vuelta del francés a la zaga está asegurada, y será bien ante el Celta o ya ante el Málaga en La Rosaleda. El francés de la zona adelantada lo tiene más difícil, primero porque la afición le señaló en la mala racha que ya superó el equipo, y segundo porque la exhibición de Ganso, aunque fuera ante el Granada, bien merece una nueva oportunidad para el brasileño, que lo tiene todo para ser la luz que ilumina la oscuridad en la que a veces se ha sumido el Sevilla.
Por ello, no se esperan apenas cambios con respecto al once que venció al tran tran al equipo nazarí el pasado viernes. Pese a ser jornada intersemanal, han pasado seis días desde que jugaran ante el Granada y no lo hará en Málaga hasta el lunes, por lo que Sampaoli no está obligado a rotar, algo que ha demostrado que no le gusta.
Cuando este jueves se cierren las puertas del Sánchez-Pizjuán, aunque por las escaleras se celebre una victoria, el Sevilla FC no estará en la Liga de Campeones matemáticamente, pero habrá dejado al Villarreal a apenas un paso de tirar la toalla. Corre desde el primer momento, Sevilla, corre.