Es Noticia
Real Madrid
4-1
Sevilla FC

El suicidio del amateurismo

Álvaro Ramírez

El Sevilla de Sampaoli, el Sevilla del amateurismo ha tenido cosas buenas durante la temporada, y ahí está la clasificación certificada este domingo para la Liga de Campeones como cuarto clasificado. Pero también ha tenido cosas bastante malas. Varias de ellas se han compilado este domingo en el Santiago Bernabéu, uno de esos escenarios donde este Sevilla se deshace como azucarillo. El equipo nervionense se vio lastrado por la peor cara de esa fórmula que Sampaoli creía infalible y se volvió falible, fallona. Ese amateurismo se traducirá en un bonito espíritu, y también se traduce en convertir a profesionales en inocentes pipiolos que juegan al fútbol. Algo parecido ocurrió en Leicester, donde sobró amteurismo y faltó profesionalismo. Por esos fallos, por esa pusilanimidad, por esa falta de maldad al equipo nervionense se le fue la oportunidad de hacer algo ante el Real Madrid. Porque en ataque estuvo bien, creativo, poco efectivo, pero peligroso. Pero atrás estuvo horrible, con fallos imperdonables, como el del 1-0, como el del 2-0 o el 3-1, señales de la falta de trabajo en algunos aspectos.

El espíritu de Sampaoli y de este Sevilla le ha llevado a tener grandes fases de juego, como las tuvo en el Bernabéu, y también en esta segunda vuelta a le ha llevado a tener fases bastantes tristes de competitividad, algo que demostró también en el Bernabéu este domingo. Este Sevilla puede ser bonito, pero se rompe fácil. Fue más roto que bonito en todo caso ante el Real Madrid. 
El Sevilla completó una buena primera parte de centro del campo para adelante en el Santiago Bernabéu y una horrible, pavorosa de mediocampo hacia atrás. Los Correa, N'Zonzi, Vitolo y sobre todo Jovetic fueron incisivos, combinaron con acierto, con velocidad, y encontraron un aliado inesperado en Krohn Dehli, que salió a última hora por Franco Vázquez, lesionado. El danés, aunque evidenciando falta de ritimo, fue una buena acción para sus compañeros, que encontraron un aliado para desarbolar la defensa madridista. Porque la realidad es que cuando atacaba el Sevilla fue notable, y si no marcó en la primera mitad fue por los palos (dos veces se encontró el montenegrino con la madera en dos estupendos remates) y por Keylor Navas, que salvó dos goles ante Correa y el mismo Jovetic. 
El Real Madrid se adelantó con un gol de Nacho en una jugada en la que los sevillistas retrataron su falta de atención y concentración
Fueron varias situaciones de gol las que encontraron los sevillistas, que en cuanto pasaban el mediocampo se convertían en un equipo peligroso. Claro que un equipo debe de ser completo, un equipo debe ir bien para arriba, tan bien como disciplinado debe de ser en defensa. Y de esto último carece el Sevilla en la zaga. De disciplina, de trabajo, de orden, de concepto. Es la peor cara del amateurismo, la cara que le han partido a Sampaoli en esta segunda vuelta de la temporada. Y fueron ejemplos claros los dos goles recibidos. El primero, de Nacho, de esos que ridiculizan a un equipo. Nadie ni se puso ni se opuso a que Nacho tirara la falta rápida, fuera el más listo de todos y sorprendiera a todos, sevillistas y madridistas, para marcar el 1-0. Los nervionenses se miraban a la cara, con cara de aquella manera, preguntándose por qué y cómo. En juveniles, en cadetes y en alevines enseñan aquello de no dejar sacar rápido al contrario. Sampaoli y los suyos parecían que no pasaron por esa escuela. 
Y el segundo gol evidencia otra lacra en un equipo. Saber qué hacer con la pelota bajo presión. El Sevilla toca y toca, pero en defensa a veces toca demasiado, tanto que pierde muchos balones. Como el de Kranevitter, origen de la contra del segundo gol del Real Madrid. Esos dos goles taparon una buena primera parte con la pelota de los hispalenses, con ocasiones, pero sin gol.
La segunda mitad arrancó de forma esperanzadora para el Sevilla, porque lo que no había entrado en la primera, entró nada más comenzar la segunda. Una magnífica jugada iniciada por Correa y continuada de forma espectacular por Vitolo, N'Zonzi y luego por Jovetic, a la primera, acabó con la pelota en la red y con el Sevilla metido en el encuentro.
El Sevilla en la segunda parte marcó pronto, y contabilizó varias llegadas más, pero en cuanto Zidane sacó al campo a Casemito, junto al bajón físico de los últimos minutos, se acabó el peligro del equipo nervionense, que acabó goleado
El tanto animó al equipo nervionense, que tuvo buenos minutos tras ese gol. Le faltó ahí algo más de llegada para meter más miedo al Real Madrid, pero sí que creó incertidumbre en la zaga madridista. Pero también es cierto que Zinedine Zidane, viendo el panorama, supo cómo frenar esa tendencia. De inmediato movió el banquillo y puso en el campo a Lucas y sobre todo a Casemiro y Modric. Con la salida del brasileño, se acabaron las vías de penetración para el Sevilla. Y romo arriba, débil abajo. Alcanzaba la fase decisiva el partido y de nuevo afloró el error, el fallo, al debilidad atrás. Esta vez fue Walter Montoya (salió al descanso como carrilero en la banda derecha) el que perdió una pelota de forma inocente en la medular para facilitar la carrera y la sorpresa madridista. Kross corrió, Cristiano Ronaldo machacó con un espectacular remate. Ya con el partido decidido, el Real Madrid se encargó de castigar con más crueldad al Sevilla. Llegó el cuarto, de Kross.
Pese a todo, este partido, estos errores, que siguen poniendo el solfa la cara B de este Sevilla, de este equipo de Sampaoli, queda en segundo plano en esta temporada, que terminará de forma notable en la Liga, cuarto, y con discretas actuaciones en la Liga de Campeones, en la Copa y ante los grandes. Eso sí, con un mal sabor de boca por la mala segunda vuelta y por la imagen de los últimos encuentros. 

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