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Tres años del reencuentro con la Europa League

B.G.

Era el 14 de mayo de 2014 y, siete años después, el Sevilla FC reverdecía laureles europeos conquistando la que fue su tercera Copa de la UEFA, la primera bajo la denominación de la Europa League.

El camino no fue sencillo, pues el equipo nervionense entró en competición europea por la puerta de atrás. Tras quedar noveno en Liga, las sanciones al Málaga y al Rayo Vallecano propiciaron que los de Unai Emery jugaran la Europa League, eso sí, desde la tercera ronda previa comenzando el 1 de agosto.
En las previas cayeron el Mladost Podgorica y el Slask Wroclaw, mientras que en la fase de grupo el equipo acabó en el primer puesto, seguido por el Slovan Liberec, el Friburgo y el Estoril. Es especialmente recordado el desplazamiento de aficionados a Portugal en la primera jornada, ya que miles de sevillistas se dieron cita en el diminuto estadio del equipo luso. Fue la primera piedra en una nueva gran conquista europea.
En las eliminatorias primero se superó al Maribor esloveno para caer en el primer derbi europeo de la historia. Un Betis en descomposición asaltó Nervión, ganando 0-2, sin embargo el Sevilla se repuso y fue capaz de calcar el resultado en Heliópolis una semana después, imponiéndose en los penaltis. A partir de ahí, daba la sensación de que los nervionenses serían invencibles en esta competición, y así fue.
En cuartos de final se tomó la revancha con el Oporto, el último equipo que le había eliminado de Europa, remontando con un espectacular 4-1 en Nervión. El colmo de la épica tuvo lugar en la ronda de semifinales. Emparejado con el Valencia, pareció encarrilar la eliminatoria en la ida con un claro 2-0, pero el equipo salió acongojado en Mestalla y los che se pusieron 3-0 en el marcador con relativa facilidad. Hasta que emergió la figura de M’Bia en el último suspiro y con un cabezazo inolvidable le dio a su equipo el pase a la final de Turín, la tercera en su historia.
En el Juventus Stadium se midió el Sevilla a un histórico del fútbol europeo como el Benfica. Los lusos partían como favoritos, pero las bajas y la maldición de Béla Guttmann hicieron de las suyas. Los de Emery aguantaron las embestidas portuguesas y la eliminatoria se fue a los penaltis. Allí, Beto se erigió en héroe deteniendo dos penaltis y en el cuarto, un lesionado Kevin Gameiro, hizo el tanto que le daba al club del Sánchez-Pizjuán su primera Europa League pero su tercera UEFA.
Con este entorchado, el Sevilla se encaramó al primer escalón de equipos más laureados de la competición, igualando a otros grandes como la Juventus, el Inter de Milán y el Liverpool.
 

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