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Sevilla FC
5-0
Osasuna

Una dulce despedida

Los jugadores del Sevilla celebran el gol de Vitolo.
Álvaro Ramírez

El Sevilla ha cerrado de forma notable una temporada que en Liga ha sido notable, al fin y al cabo. El conjunto nervionense ha finalizado cuarto este campeonato, ha logrado su objetivo de meterse de nuevo en la Liga de Campeones, previa mediante, y se ha despedido ante los suyos con una cómoda y agradable victoria ante Osasuna. El mérito sevillista no estuvo en ganar al débil y descendido equipo navarro, estuvo en afrontar el partido de forma competitiva y querer darle una última alegría a su afición. 

Para esta despedida del Sevilla de Sampaoli, a quien la afición le mostró el pulgar hacia abajo con sus pitadas y sus cánticos, al menos el equipo demostró algunas de las cosas buenas que ha tenido durante la temporada. Agobió a su contrario con toque, tuvo fases de buen fútbol y, para variar, eso sí, se mostró eficaz.
El Sevilla saltó dispuesto a agradar en su despedida y eso hizo. Lo tenía todo a favor, una víctima propicia, una afición con ganas de divertirse y varios jugadores muy activos con voluntad de agradar. Era un cóctel agradable y agradable resultó el sabor de la noche de despedida de la temporada. Con Osasuna rendido, por actitud y aptitud, el inicio de los nervionenses fue dinámico, atractivo y productivo, con un gol cada diez minutos y oportunidades casi en cada ataque. Vitolo se bastaba para volver loca a toda la zaga navarra, Krohn Dehli tenía ganas de fútbol, Correa ponía velocidad y uno contra uno y Jovetic las escaramuzas. Con esos argumentos ofensivos, un equipo como Osasuna se deshace como un azucarillo, y eso pasó, más aún cuando Sirigu está en la meta rojilla y colabora en alguna que otra ocasión. Cayó pronto el primero de Vitolo, tras rechace de Sirigu, luego llegó el segundo de Vázquez en una gran jugada y el tercero se lo fabricó Jovetic, un auténtico golazo.
El partido se convirtió pues en encontrar vías para agradar, eso propició algún exceso de individualismo pero una competitividad correcta, decente. El partido no decayó, aunque evidentemente no era apasionante. Quizá una de las mejores noticias de la noche, además de certificar la segunda máxima puntuación de la historia del Sevilla, además de despedir una Liga que se acaba como cuarto, fue ver corretear, combinar y jugar al fútbol, y bien por cierto, a Krohn Dehli. No deben servir el partido del Bernabéu y el de Osasuna como balance total, pero sí en parte. Deben servir estos dos partidos para demostrar el talante del danés y su utilidad. Quizás una pieza como la del centrocampista valga más en el mercado, y ya se tiene en el plantel. El caso es que el nórdico se erigió poco a poco en motor del equipo, motor de la creación.
La segunda parte, a un ritmo menor, sirvió para que el marcador quedara embellecido con otro gol del Mudo Vázquez, buen gol por cierto, con buena asistencia de Mariano. Sirvió para que el argentino se marchara ovacionado del Sánchez-Pizjuán.
Sampaoli dio minutos en la segunda mitad a Ganso y Ben Yedder y más tarde a Serabia. No hubo tantas ocasiones, más allá del tanto de Vázquez y el golazo de Vitolo, que dejó bien claro su valor a los que quieran pagar su cláusula. El entretenimiento estuvo también en las gradas, donde los cánticos proliferaron y se emitieron varios veredictos. No hubo ensañamiento con Sampaoli, pero sí recibió una buena ovación el Mudo, como la recibió Jovetic, sobre cuyo futuro se pronunció el Pizjuán con un evidente "fíchalo". Desde luego, ha cumplido con creces, este sábado con otro golazo, y cabe preguntarse por qué el técnico no le dio la titularidad en más ocasiones. A partir de ahí, será cuestión económica que siga o no. 
El Sevilla, pues, cerró con una dulce goleada una dulce temporada en la Liga. Los sinsabores vinieron por otro lado. Ha completado un buen curso en el campeonato de la regularidad y esa ha sido la mejor contribución del Sevilla de Sampaoli. Un Sevilla de Sampaoli que se despide de forma notable ante su afición. Eso sí, la afición del Sevilla no es de las que quedan a gusto con buenas palabras y objetivos, sino de esas que piden lo máximo, y quizás pudo haber más este curso. Para el próximo, para las próximas comparecencias en el Sánchez Pizjuán, en agosto, ya conoce cuál es la exigencia el Sevilla. Hasta entonces, eso sí, un año más, tiene motivos para disfrutar el aficionado nervionense. Su equipo fue de los mejores y vovlerá a estar entre los mejores. 
 
 
 

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