Se acabó una semana muy complicada, y desde el primer día de la actual el Sevilla FC ya piensa en la competición, con el inicio de la Copa del Rey que se llevará a cabo este martes ante el Cartagena, en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la competición.
En el disparadero, tras estos duros días, ha quedado Eduardo Berizzo, que se ha mostrado comprensivo este lunes en la rueda de prensa y ha insistido en que asume la responsabilidad, aunque no descarta un cambio de idea futbolística.
“No ha sido un drama. Ha sido una semana mala. Los dramas suceden en otro plano. Perder partidos de futbol es una cosa no deseada, más para un entrenador y futbolistas, y necesitamos una reacción en búsqueda de victorias. El partido de Mestalla tuvo una primera parte con quites de balón y final inocuo, en el que no elegimos bien y nos faltó precisión, fuimos superados por la velocidad de los rivales defensivamente hablando y el daño a la contra fue notorio cuando el partido se rompe en los minutos clave del final de la primera parte. Empieza la segunda parte y recibimos el segundo gol y en los últimos cinco minutos el resultado se abulta por el ansia de ir y desprotegerte a la contra. Autocrítica siempre. El responsable de la derrota siempre es el entrenador. Siempre que existe un problema dentro del equipo el responsable es el entrenador y tenemos que corregir esos errores, plantearlos teóricamente y trabajarlos técnicamente para que no nos vuelvan a suceder”, analizó el entrenador sevillista.
Berizzo fue cuestionado sobre si se plantea cambiar un sistema que no ha funcionado en estos últimos encuentros. “Sí, lo he pensado. Creo que una palabra muy importante es insistir en el trabajo. Este club es así, se sobrepone a los momentos adversos, lucha, trabaja, insiste... Gasto mi energía en encontrar soluciones tácticas y técnicas, en mejorar a mis jugadores y elevar la versión de cada uno que seguramente nos terminará dando una mejor expresión colectiva. Puede jugar cualquier sistema y la clave no pasa por ese, sino por la convicción de ejecutarlo bien. En eso he incidido estos días, intentando reconocer errores notorios y corregirlos. Hemos pasado de ser un equipo que no recibía muchos goles a recibir un montón, un equipo que era sólido y ahora no lo es tanto. Nos encontramos en un medio camino que no nos podemos permitir y tenemos que jugar con la convicción de ir en búsqueda y ser valientes y protagonistas como queríamos todos”, comentó el técnico, que valoró y analizó otros muchos más aspectos del estado actual del equipo.
Asume las críticas. “Siempre van al entrenador. El entrenador nunca gana. Es justo, es parte de nuestra profesión. Viene en nuestro ADN hacerse cargo de la derrota. La derrota es de los entrenadores y la victoria de los jugadores”.
Lo que menos le ha gustado. “Me ha dolido recibir demasiados goles. Recibir nueve en dos partidos es una cantidad desagradable y de la manera, a la contra, que es una cuestión que te puedes alertar antes. No te tienes que descomponer, ni entregarte o desarmarte dentro del partido. Me molesta. También que no hayamos podido conseguir mejores situaciones o acertar las que tenemos. Eso hubiese inclinado el partido en favor nuestro. Que los vaivenes del juego dentro del partido no nos afecten anímicamente y a partir de ese cambio de solidez anímica el partido se nos vaya”.
No habrá revolución. “Tenemos que hacer mejor lo que hacemos, no hacer otra cosa. Es una duda que se instala habitualmente. No por tener más delanteros atacas mejor ni por más defensas defiendas mejor. Nuestro sistema era el mismo que cuando recibíamos cero goles. Hay que hacer mejor lo que antes hacíamos bien”.
El vestuario. “Preocupado y deseoso de cambiarla. Los futbolistas se afectan a nivel personal. Nadie quiere ser derrotado y vivir una semana de derrota. Los jugadores son conscientes de la situación y encuentran en el día a día fortalecimiento para salir. Hay que liberarles de responsabilidad porque siempre tienen la actitud precisa, y más en este equipo, con un grupo humano muy bueno que quiere revertir la situación”.
¿Asumen la idea los futbolistas? “Creo que la entienden. En la ejecución a veces sufrimos desperfectos, pero creo que todos debemos dar un paso más, yo el primero. En dificultades, uno tiene que dar un paso al frente, no un paso atrás”.
Las palabras del presidente. “Le agradezco su compromiso conmigo. No necesito una sobreatención sobre mí. Siempre me he sentido muy cerca y me han tratado con afecto. Me siento dentro de una institución muy valiosa, con personas muy afectuosas conmigo, trabajamos en un ambiente de armonía y no debemos permitir que nuestra energía sea mala. Hay que corregir errores que reconocemos, pero tampoco hemos pasado de un aspecto fantástico. No me pongo una venda y dejo de ver los errores. En una semana debemos volver a torcer esa energía, transformarla en positiva, y recomponer una situación de normalidad que las derrotas siempre afectan”.
¿Miedo al cese? “Todos tenemos temor de perder nuestro trabajo, pero seguimos trabajando. Lo único que he comprobado es que dentro de la grandeza del Sevilla, el Sevilla no sabes cómo te gana, pero te gana. Tiene un animal competitivo dentro, la afición, los futbolistas, el club que te gana. Tienen un ADN ganador que va a más, un orgullo interior muy activo. Uno cuando pisa esta ciudad deportiva se da cuenta de que hay que ganar y coincide con mi forma de pensar. Vengo de una educación donde hay que ganar siempre. Este club se siente orgulloso de quién son, no necesitan un mal partido para demostrarlo. La afición se encolumnará con el equipo, no importa quién lo entrena, siempre está con el equipo y le impulsa y le lleva a ganar partidos”.
La ausencia de los capitanes. “Hemos perdido dos capitanes en una semana, operados de distintas dolencias, pero no quería puntualizar porque suena a excusa. No voy a llorar por las ausencias. Pongo mi energía en encontrar soluciones”.
Un paso adelante de todos. “Dirijo una organización alrededor mío y estoy pendiente de que todo el mundo haga mejor su trabajo. Empiezo por mí y exijo de todo mí alrededor eso. Ni pegar un volantazo en lo que no cree y apoyarse en lo que cree, trabajar con rigor y estimulando a mis futbolistas para que sean cada vez mejores”.
Charlas con José Castro. “Tenemos muchísimas conversaciones privadas. Siempre lo noto igual, siempre cercano, siento afecto de estar aquí. Me gusta estar aquí. No tengo ninguna queja, no podría tener ninguna excusa para que le suceda al equipo alguna derrota. El responsable soy yo, pondré energía para que la cosa se enderece y vayamos como nos merecemos que nos vaya”.
Equilibrio entre defensa y ataque. “El fútbol tiene una magia, una energía o una sincronía por la que una cosa sucede por la otra. Cuando defiendes bien necesitas solo una ocasión, el ataque y la defensa se encadena. Ningún equipo ataca muy bien y defiende muy mal cuando defiendes bien atacas bien, cuando defiendes mejor atacas mejor. Sucede por inercia”.
La exigencia. “La tenía cuando llegué, sabía que la exigencia era ganar siempre”.