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El Sánchez-Pizjuán como analgésico

Basilio García

Al Sevilla FC le duele la cabeza. Mucho. Tanto que ha estado a punto de quedarse ingresado de urgencia y si la situación no mejora ya le esperan para intervenir. Lo que fue una pequeña cefalea fue evolucionando hasta convertirse en una migraña de campeonato en Mestalla. Cada gol en Bilbao, Moscú o Valencia era un golpe al cerebro de un equipo que está acostumbrado a estar a pleno rendimiento y que pocas veces se ha rendido como en estos últimos días.

El martes en Cartagena, los de Berizzo se tomaron media aspirina. Dejar que los problemas siguieran por los mismos derroteros habría provocado daños casi irreparables en la actual configuración de la plantilla. Sigue el status quo, de momento, pero se necesita de una buena dosis de ibuprofeno para que la dolencia remita, y éste se sirve este sábado en el Ramón Sánchez-Pizjuán.
Por suerte, el Sevilla regresa a su casa, a Nervión, allí donde se siente cómodo y donde al final acaba dejando al margen todos sus problemas. ¿Dónde mejor que en el hogar?
Para acabar con los problemas, Berizzo se refugia de nuevo en su terreno propio, allí donde de momento no ha saboreado las amargas mieles de la derrota. Sabe el equipo que arropado por los suyos todo es más fácil, y se ganan incluso partidos que no se merecen. Aunque ahora la consigna y la urgencia es la de ganar, hacerlo convenciendo quitaría muchos grados de presión a un equipo que el próximo miércoles se juega una parte importante de la temporada. A primero de noviembre y en una crisis con pocos precedentes en la historia contemporánea de un club acostumbrado a lo mejor. Hay que llegar de la mejor manera.
Ante el Leganés, un quebradero de cabeza para sus rivales hasta el momento, Berizzo recupera a uno de sus mejores bálsamos. El Sevilla se derrumbó desde que N’Zonzi se lesionó en Bilbao. Allí tuvo unos minutos en los que parecía que no se le echaría en falta, pero el balance numérico de su ausencia es un 10-1 en contra. Aunque los números por sí mismos puedan parecer fríos, e incluso oportunistas, lo cierto es que todos los equipos echan en falta siempre a sus mejores jugadores y en éste el galo es capitán general.
Junto a N’Zonzi y teniendo en cuenta lo que hay disponible, Berizzo probablemente se deje de experimentos y ponga a los que mejor están. Eso incluye a David Soria en la portería, y también, quizás, a Carole en el lateral izquierdo. En defensa existe también la duda de Mercado, que no se ha ejercitado en los últimos días, al igual que Ganso, el desatascador de Cartagena. Más arriba habrá movimientos, aunque es casi imposible saber cuántos.
Enfrente está un equipo que todavía se siente muy feliz de estar conociendo la Primera División pese a que esta es su segunda temporada. Está tan contento que se ha convertido en un hueso y, de momento, vive en la nube de las posiciones europeas. Asier Garitano ha demostrado que dar continuidad a un entrenador suele dar resultados. De la Segunda B a la élite de la mejor liga del mundo en poco más de cuatro años. Este Leganés llegó para quedarse y está on fire, con cuatro victorias y dos empates en sus últimos seis envites.
El técnico vasco podrá contar con todos sus habituales excepto Omar Ramos, lesionado desde septiembre. Su única duda pasa por colocar a Szymanowski o a El Zhar detrás de la delantera, ya que Rubén Pérez, que ha tenido problemas en el hombre durante la semana, se ha recuperado.
En todo caso, el peso de la historia y el de la necesidad apremian a un Sevilla que, por calidad, debe estar por encima del Leganés. Sin embargo, si vuelve a adolecer de profundidad e intensidad, sus grandes males en estas semanas, será muy difícil ganar a los madrileños. Bueno, y a cualquier otro equipo que se ponga por delante.

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