La fase de grupos de la Liga de Campeones tiene cierto truco. Hay equipos que se ven clasificados en un buen arranque y, de pronto, un resultado inesperado le quita la comodidad y convierte un partido intermedio en decisivo, como le pasa al Sevilla FC este miércoles.
El equipo de Berizzo viajó a Moscú con la confianza de que si ganaba al Spartak estaba prácticamente clasificado para la segunda fase, pero los de Massimo Carrera le vapulearon y se complicó sobremanera el pase.
Tanto es así, que la victoria este miércoles en Nervión ante los rusos es fundamental. Un empate convertiría en muy complicado el pase, mientras que una derrota prácticamente le dejaría fuera.
Las cuentas del Sevilla son claras. Si gana al Spartak y en la última jornada al Maribor estará en los octavos de final. Ese es el camino fácil, teniendo en cuenta siempre que los moscovitas no puntuaran en Liverpool.
El trazado más corto sería ganando los dos partidos que jugará seguidos en el Sánchez-Pizjuán. De ser así se plantaría en Eslovenia como primero de grupo, con 10 puntos, y estaría ya clasificado, ya que sólo uno de sus dos rivales podría adelantarle.
Pero todo pasa por ganar el miércoles. La derrota dejaría al Spartak a cuatro puntos con seis por jugar y al Liverpool probablemente también, por lo que dependería de una carambola en el caso de ganar los otros dos encuentros. Además, el golaveraje favorecerá a los rusos salvo que el Sevilla destape el tarro de sus esencias goleadoras. Un 4-0 le valdría, ya que cuentan los goles conseguidos fuera de casa.
El empate obligaría a ganar al Liverpool y al Maribor. De ser así, se clasificaría dejando fuera o bien al equipo inglés o bien al ruso, aunque la primera plaza estaría muy complicada de conseguir.
se gana al Spartak; se empata con el Liverpool y a ganar al Maribor.