El Spartak exhibe su antideportividad en la Youth League

En los últimos años los equipos rusos se han convertido en unos de los más temidos en el panorama futbolístico europeo, y no precisamente por su calidad futbolística. Tanto en las grandes citas de selecciones nacionales como en partidos de clubes europeos han exhibido una violencia dentro y fuera de los estadios que ha puesto en alerta a las autoridades tanto futbolísticas como policiales.

El partido de este miércoles que ha medido al Sevilla FC y al Spartak de Moscú en la UEFA Youth League ha sido un ejemplo de ello, ya que en los minutos finales se han vivido escenas de lo más surrealistas que se le han ido de las manos al colegiado croata Duje Strukan.
En el tramo decisivo, los jugadores moscovitas empezaron a emplearse con excesiva dureza, como ya sucediera en el partido de ida, provocando daños en los jugadores sevillistas. De hecho, el gol final de Mazurov llegó mientras los sevillistas jugaban con diez hombres, ya que Ramón Espinar estaba esperando a entrar en el césped después de que el portero Maksimenko le provocara una brecha en la cabeza, aunque no fue expulsado. El lateral ruso, por cierto, recibió en posición más que dudosa, aprovechándola para batir a Alfonso y hacer el 3-3 definitivo en el minuto 92.
No contentos con el gol, los rusos lo celebraron provocando ante el banquillo sevillista, justo después de que produjeran varias tanganas. De ahí al final, el Spartak se dedicó a perder el tiempo de forma descarada. Antes del saque de centro tras su tercer gol, casi todos los jugadores rusos se quedaron tendidos en el césped simulando lesiones y jaleando además a los más de 700 aficionados ultras que se dieron cita en la instalación sevillista, que también ponían su granito de arena a la tensión de esos últimos minutos.
Al final, en los siete minutos de descuento, el Sevilla apenas gozó de una ocasión de falta, pero no fue suficiente. Tras el pitido final, la indignación se apoderó de muchos de los jugadores nervionenses, pero por suerte no pasó a mayores pese a que en la entrada a vestuarios hubo nuevos conatos de peleas.