El Sevilla llega al tercer parón de LaLiga Santander por compromisos de selecciones en la quinta posición, curiosamente la misma que la pasada temporada a las órdenes de Jorge Sampaoli. Pero aquel Sevilla sumaba a estas alturas dos puntos más (21 por 19), aunque se le habían escapado dos títulos en verano (Supercopas de España y de Europa).
Con Eduardo Berizzo, el Sevilla acumula seis victorias, un empate y cuatro derrotas, estas últimas todas a domicilio ante rivales que, de una forma u otra, luchan por competición europea. En cuanto a los goles, también hay diferencias: el de Sampaoli, más alocado hasta que se dio cuenta del cambio, llevaba 19 goles a favor y 15 en contra. Ahora el balance es de 12-11.
Pero hay un apunte importante dentro de la igualdad: por un motivo u otro, el Sevilla de Sampaoli ofrecía mejores sensaciones que el de Berizzo, aunque ambos equipos sacaron muchos puntos en partidos mediocres de juego.
Además, el último Sevilla había sumado 10 puntos tras cuatro jornadas en la fase de grupos de la Liga de Campeones, mientras que el actual lleva siete, merced a dos triunfos y un empate.
Me gustaba más el Sevilla loco de Sanpaoli, pero esos dos puntos son la mejor de las noticias porque este año el calendario es el inverso al del año pasado. El bajón no fue solo físico y mental (la injusta eliminación ante el leicester), también había un calendario más duro en la pasada temporada. Este año la segunda vuelta es más fácil y se debe notar en una remontada final, que bien será necesaria.