Es Noticia
Sevilla FC
3-3
Liverpool FC

Otra lección de historia en Nervión

Los sevillistas, enloquecidos, celebran el empate.
Álvaro Ramírez

Nervión es una morada, la casa de todos los sevillistas. La fortaleza donde los menos se hacen más, donde los medios se hacen grandes y los grandes, superlativos. Nervión es un rincón de sueños, donde llueve hasta luz, donde el Sevilla se ha hecho grande, gigante. Nervión es un lugar mágico que es capaz de revivir a muertos y matar a superhéroes. Nervión es la casa del Sevilla, la casa invicta desde hace un año, y Nervión es Nervión hasta para un pentacampeón de Europa, el Liverpool.

De cómo el Sevilla remonta un 0-3 hasta igualar 3-3, de cómo el Sevilla se deja ir en la primera mitad, de cómo arrasa en la segunda, de cómo puso corazón en cada acción y de cómo logró un resultado mágico trata una noche que será histórica para el sevillismo y que, sin ser victoria, sin ser definitiva, sin dar acceso a finales ni a levantar copas, también quedará en la memoria de los nervionenses, de los moradores de Nervión. Porque realmente remontar un 0-3 no es cualquier cosa, y hacérselo al Liverpool, menos. Por eso este empate sabe a victoria, por eso lo celebró el Ramón Sánchez Pizjuán con tal entusiasmo y por eso se abrazaban los futbolistas como si de una noche sin igual se tratara cuando Pizarro hizo ese 3-3. 
La espectacular remontada solapan una primera parte lamentable en defensa e inoperante en ataque, en la que Nzonzi y Pizarro no funcionaron juntos y en la que el Sevilla solo creó ocasiones por robos, nunca generando en ataque estático
Es victoria este empate porque, para empezar, y visto lo visto a eso de las 21.30 de la noche, allana bastante la clasificación. Podría pasar en Maribor incluso perdiendo, empatando, y cien por cien ganando. Pero más allá de jugársela en Maribor, la histórica remontada de este martes 21 de noviembre sirve al equipo de Berizzo como impulso, como empujón, o al menos eso se espera. Necesitaba el Sevilla una inyección de confianza, un respaldo moral que mejore lo que solo se apunta y atenúe las muchas carencias vistas.
La segunda parte del Sevilla, desde el inicio, con esta vez sí un buen manejo de los tiempos, las piezas y las estrategias de Berizzo, solapan una horrible primera mitad. Una primera mitad en la que anduvo falto de gol, porque erraron Nolito y Ben Yedder dos ocasiones claras, pero en la que sobre todo anduvo escaso, carente, falto de actitud defensiva. Desde el primer minuto, en el que se pierden las marcas en un córner. Cuando el Liverpool atacaba encontraba fugas por todos lados, por un costado, por otro, en balones largos, a balón parado. Solapa Nervión también una falta de verticalidad abrumadora cuando Nzonzi y Pizarro comparten línea. Puede que den más sobriedad, que tampoco en días como hoy, pero ahogan al equipo en la horizontalidad, lo hacen previsible. Puede ser un recurso, pero no el plan A. Nzonzi necesita un escudero al lado que rompa para ser el que haga la línea, que avance, que profundice, que él luego guardará las espaldas. Cuando el galo juega con Pizarro se convierten en gemelos, y en trío porque Banega baja a ocupar la misma posición dejando huérfanas zonas de aatque.
Por eso el cambio de Berizzo en la segunda mitad lució tanto. Por eso el Sevilla generó fútbol en la segunda mitad. Porque con Banega retrasado y Mudo Vázquez entre líneas ganaba un activo en ataque el equipo nervionense. Eso activó a toda la zona atacante del Sevilla, desde Sarabia a Ben Yedder. Cuando Klopp se dio cuenta y quiso pararlo, el conjunto hispalense ya había acortado la diferencia a un gol. De 0-3 a 2-3. Un remate de cabeza del francés, que se redimió, y un penalti provocado por él mismo que anotó por dos veces, tras invalidar el árbitro el primero. Eso dejó a falta de media hora un partido abierto, apretado, en el que el Sevilla moralmente parecía estar por arriba.
El cambio de Berizzo en la segunda mitad fue clave, porque el Sevilla empezó a generar fútbol; cuando Klopp se dio cuenta y quiso frenar la superioridad sevillista el partido ya estaba 2-3
Pero Klopp también movió sus piezas. Frenó el ímpetu local con los cambios y con la salida de Can, que incomodó a Banega y Vázquez, motores del Sevilla en la segunda mitad. El Liverpool recuperó tono y hasta ocasiones, sobre todo a través de Salah y Mané. 
Pero mientras Klopp movía sus piezas, cambiaba, mientras Berizzo colocaba a Geis al lateral por un Mercado peleón pero inoperante con la pelota, Nervión ejercía su magia. Alimentaba la pócima, afinaba el hechizo. Animaba y animaba la grada, cantaba y cantaba hasta el punto de que el saque de esquina en el 94 lo empujó Pizarro a la red con la fuerza de todo Nervión. Con magia.
Que sea esa magia la que alimente el alma de este Sevilla que debe empezar a crecer de verdad. Y la clave puede estar en esta segunda parte ante el Liverpool, por la moral, pero también por las decisiones tomadas por Berizzo. Al fin y al cabo, Nervión de lecciones. Que las aprenda este Sevilla.


Todos los resultados en resultados.eldesmarque.com

Escribir comentario 0 comentarios
Deja una respuesta
Su comentario se ha enviado correctamente.
Su comentario no se ha podido enviar. Por favor, revise los campos.

Cancelar