El Sevilla FC ha firmado este sábado una página negra en su historia reciente. Este equipo, tan acostumbrado a firmar bellas páginas con letras de oro, ha empañado esta vez ese mismo libro con un borrón doloroso, de esos que no se olvidan, porque atacan directamente al corazón del sevillismo: 5-0 en 45 minutos ante el Real Madrid. El partido del conjunto nervionense en el Santiago Bernabéu fue de lo más deleznable que se le ha visto en los últimos años. No ya por el resultado, suficiente de por sí para adquirir el titular de esta crónica; sobre todo por la actitud mostrada.
Los hombres de Marcucci mancharon este sábado el escudo, un escudo poco acostumbrado a estos bochornos. La mancharon los jugadores, que conforman la plantilla más cara de la historia del club, por cierto, los entrenadores y los colaboracionistas hasta ahora indemnes gracias a los resultados de este primer tercio de temporada. El papel, el papelito ante el Real Madrid, pone al descubierto varias operaciones de la dirección deportiva incomprensibles que apuntaban maneras y que se confirman con el paso de los días y de los partidos.
Mercado no es lateral derecho, o al menos no lo es para este Sevilla, como no lo es Carole. Ni lo vieron venir en la dirección deportiva al parecer. Ni lo ven en el banquillo. Pizarro es correcto, pero que sea titular indiscutible, que sea el fijo en la medular da buena medida de la competitividad en el centro del campo y exige una reflexión sobre la situación comprometida de Nzonzi. Con casi la mitad de la temporada transcurrida, se puede empezar a dar fe de que la inversión en Muriel está absolutamente en tela de juicio: 20 kilos ni más ni menos. Lo que ha perpetrado Óscar Arias en el centro de la defensa es de traca, y Kjaer ni roza el nivel de sus predecesores.
El Sevilla ni tuvo dignidad ni vergüenza, porque la actitud que mostró desde el inicio del partido (en el minuto 2 recibió un gol de parbulario) fue impropia de un equipo al que se le presupone cierto nivel
El Sevilla fue indigno de cabo a rabo. Ni tuvo dignidad ni tuvo vergüenza. Lo de la primera mitad y lo del partido en general fue una de las mayores debacles que se le recuerda al equipo nervionense. Se supone que el Sevilla es uno de esos equipos que puede hacer sufrir a los grandes, que les puede poner en problemas, porque es uno de esos equipos que se le acerca al menos en nivel. Pero nada más lejos de la realidad. Porque el conjunto hispalense puede tener un buen nivel técnico, claro que sí, pero la vergüenza en las filas de los de rojo fue la actitud, la intensidad, la implicación. Solo hace falta repasar el bochorno de los goles recibidos.
El 1-0, el chistoso 1-0, es fruto de la falta de concentración, de saltar al campo, al Santiago Bernabéu, creyendo que se salta a un entrenamiento. Kjaer, que a la actitud suma deficiencias que hacen echar de menos y de qué forma a Rami, ni sabe dónde va, y Muriel, que deja en muy mal lugar a los que creyeron que 20 millones es un precio adecuado por él, ni sabe dónde está. Lo peor es que se pierde en el área propia y en el área rival.
El 2-0 es otra muestra de que al Bernabéu no se puede salir a competir con jugadores de medio pelo. Carole lo es o da la impresión de serlo. Lo demostró en ese gol y en otros posteriores. Se perdió, Lucas lo volvió loco como quiso. Daba vergüenza ajena ver a un jugador deambular por el campo fuera de su posición como un juvenil debutante. Cabe preguntarse por qué además Marcucci apostó por el francés en lugar de Escudero.
Un gran Sevilla debe estar preparado para el más altísimo nivel, y hay un abanico de jugadores empequeñecidos en las grandes citas: Mercado, Carole, Pizarro, Vázquez, Kjaer, Muriel...
Luego está el papel de Pizarro, jugador digno, correcto, pero que ni puede ni debe ser el titular del Sevilla en partidos de este nivel. El partido le pasó por encima. Un pasito de Asensio por aquí, una carrerita de Kross, que no es velocista precisamente, por allá, y el mediocentro ¿defensivo? desnudo. Y eso sin entrar en sus continuas perdidas de balón. Su papel en Madrid convierte el enfrentamiento con Nzonzi en problema de estado en el Sevilla. O lo recuperan o tiene una fuga de dimensión sideral el equipo hispalense.
A estos problemas se le suma la actitud generalizada del equipo, lamentable en líneas generales. Y luego las deficiencias técnicas y carencias del equipo, que cuando se enfrenta a grandes rivales salen a flote como si fueran un submarino nuclear. Mercado no puede ser el lateral derecho titular del Sevilla. Creerlo ha sido un error de bulto de la dirección deportiva. Como son errores de bulto invertir 20 millones de euros en un jugador que no es goleador ni es delantero puro. ¿Qué es Muriel? Pues que responda él mismo, el tiempo o Arias, cuya mayor y crucial inversión se va por el momento al garete.
Y luego a todo ello, por si fuera insuficiente, se le suma el paupérrimo papel de Nolito, de Banega, de Sergio Rico, que no evitó ningún gol... Apenas la dignidad la puso Jesús Navas y punto.
La segunda mitad, aun sin goles, fue más escarnio para los sevillistas, los del campo y para los sufridores que veían el partido. Porque el Real Madrid se presentó un entrenamiento ante un equipo 'cadete' o 'juvenil', de esos que botan apesadumbrados por la responsabilidad y la magnitud del rival. Otra vergüenza. Que un Sevilla salga 45 minutos a no recibir más goles, y porque el Real Madrid no quiso y jugó andando.
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Hoy se a vuelto a ver lo que es este equipo, algunos buenos jugadores y otros paquetes, que juegan a marear la perdiz y en cuanto tienen delante un equipo que les planta cara lo atropellan. Se ha visto claramente por qué carole no juega, lo de navas de verguenza un jugador acabado incapaz de irse incluso del lateral del cartagena el otro dia y que no sabe ni qué hacer con el balón, lo de muriel mejor ya ni hablamos es una TOMADURA DE PELO AL SEVILLISMO. Pero esto no es nuevo, los partidos ganados en lo que llevamos de temporada no deben empañar que somos de risa. Mucho sobeo de balón para nada, sin profundidad, sin velocidad, sin huevos. Este año a la uefa y gracias, es lo normal después de desmantelar el equipo todos los veranos, que alguna vez tienes que pegar el patinazo
Este presidente Castro si que es un calcinoma para nuestra club, ya somos un equipo ramplón, en poco seremos un equipo ascensor. Gracias por los grandes fichajes de este verano, Pizarro, Banega y el idolatrado Navas, que vergüenza verlo en un campo de fútbol....
Que una desgracia de enfermedad no tape a un pésimo entrenador e infame guía de una plantilla. El año pasado cargó contra Orellana y este año contra Nzonzi. Y deja a mantas como Pizarro, Banega o Navas, que estafa ha echo este futbolista al Sevilla FC