La credibilidad se consigue en Nervión

Se acaba el año 2017 en el Ramón Sánchez-Pizjuán. El Sevilla FC disputa este viernes su último partido ante los suyos en un año sin mácula, en el que no ha perdido ni una sola vez en casa, y así querrá que sea cuando Iglesias Villanueva decrete el final del partido ante el Levante UD.

Hay más cosas que se juegan este viernes –día raro- en Nervión. El equipo blanquirrojo está a un paso de conseguir la victoria número 1.000 en Primera División, y además Jesús Navas se convertirá en el jugador con más partidos de la historia del club si juega aunque sea sólo un minuto.
Pero esto es sólo abalorio. Adorno. Fuegos de artificio y números que, ciertamente, a los periodistas nos vienen muy bien. El Sevilla necesita ganar este viernes al Levante para apaciguar el malísimo sabor de boca que dejó en el Bernabéu. De ese equipo sobrepasado, cabizbajo, despistado y vencido antes de salir al césped está harto el sevillismo, que ha visto tres goleadas vergonzantes en este primer tramo de temporada. Demasiado para la exigencia de la afición.
El Sevilla no ha perdido comba en ninguna competición, pero tampoco termina de arrancar ni de brindar a los suyos un partido redondo. Y eso se necesita para irse a la Navidad con un mejor sabor de boca, recargar pilas y regresar a tope a la grada para el derbi de Reyes.
Aparentemente y si todo va bien, será el último partido en el Sánchez-Pizjuán en el que se ausente Eduardo Berizzo. La recuperación del argentino va por buen camino y para 2018 se le espera ya en plenitud de facultades. Por tanto, Marcucci se ‘despide’ de su rol interino en Nervión, y para este partido recupera a Sergio Escudero después de que se quedara fuera de la lista, inexplicablemente, en la capital de España.
Esa es la principal novedad de una convocatoria sin sorpresas, en la que sigue sin estar Nzonzi. Pese a que el cuerpo técnico asegura que no es competencia suya apartarle del grupo, sí está de facto apartado de la competición. Del equipo que naufragó en el Bernabéu repetirán muchos hombres y apenas hay dudas en la parte alta, donde a priori regresarán Ben Yedder y Sarabia.
El equipo que llega a Nervión está de capa caída. Después de un buen inicio de competición, apenas ha ganado un partido de los últimos diez y aunque aún no está a tiro de los equipos de abajo ya se están poniendo nerviosos en la carretera de Orriols.
Eso sí, el Levante ha sido históricamente un equipo complicado en el Sánchez-Pizjuán. Uno de esos equipos correosos que defienden muy bien y que ha sacado muchos puntos del coliseo hispalense. De hecho, ha puntuado en cuatro de sus últimas visitas. Con los granota además vienen dos viejos conocidos como Luna y Campaña. Este último, una gran promesa en su tiempo, está mostrando su mejor versión en el equipo valenciano.
Para el Sevilla la fortaleza en Nervión ha sido siempre un baluarte, y en esta temporada más aún. Si por algo se mantiene arriba es por haber sacado todos los puntos excepto dos en sus partidos como local. Ahora toca seguir puntuando, y para Año Nuevo vida nueva y sensaciones nuevas.