Año nuevo, vida nueva

Dice una canción del grupo granadino El Puchero del Hortelano que el primer día del año no es un día especial, es otro día cualquiera. El sol sale a la misma hora, los perros ladran como todos los días, los pájaros se acostaron a la misma hora…

A este periodista le encanta escuchar ese tema el 1 de enero, porque le recuerda una realidad que en esos momentos pasa de puntillas por la sociedad, aunque en esta ocasión, a la hora de hablar del primer partido del año del Sevilla FC tiene que reconocer que con el 2018 la vida ha cambiado en el club de Nervión, con una nueva etapa que comienza en el Ramón de Carranza ante el Cádiz CF en la Copa del Rey. En el Sevilla sí hay vida nueva con el año nuevo.
El fin de año dejó en la entidad de Eduardo Dato la sensación de que algo debía cambiar. El equipo no echaba gusto a nada y los números parecían más humo que otra cosa, así que como suele pasar se fue a por el entrenador, así que Eduardo Berizzo ya no está y aprovechando las vacaciones se hizo un ‘casting’ para acabar contratando a Vincenzo Montella.
El italiano supone un paso atrás del Sevilla en esa búsqueda del jogo bonito, tan de artificio en la mayoría de los casos, pero un paso adelante para reencontrarse con la solidez y la intensidad, los dos axiomas del fútbol que dieron lustre a la historia del club pero que se habían perdido.
Más allá de presentaciones, Montella se pone de largo en la Copa del Rey, la vía más corta hacia la plata, esa que ansían tocar cada primavera los sevillistas desde que probaron lo que era hace ya doce años. Por tanto no caben los despistes, y más ante un rival de inferior categoría que ya dio un desagradable susto a los vecinos, a los que por cierto ya se mira de reojo de cara al próximo Día de Reyes.
Aventurarse a dar un once es muy complicado. No se sabe lo que Montella espera de esta plantilla, tampoco si usará la Copa para dar descanso o más bien para reactivar a los suyos tras las vacaciones y de cara el derbi. Además, la convocatoria la dará a conocer el mismo día del partido, una lista en la que ni habrá refuerzos ni apenas centrales. Carriço y Pareja siguen con sus lesiones y Mercado no se ha entrenado en los últimos días, por lo que sólo Kjaer y Lenglet están sanos, y no es descartable que se le dé descanso a alguno y vuelva a jugar Geis. También parece titular claro Guido Pizarro, el único que no podrá jugar por sanción ante el Betis. Además, podría ser el día del esperado regreso de Nzonzi, que vive una nueva etapa sin Berizzo y necesita minutos para recuperar el tono cuanto antes.
Enfrente estará un Cádiz que, pese a ser de Segunda División, tiene a favor lo más importante que puede tener un equipo. Está acostumbrado a ganar. Vamos, que gana casi por accidente, precisamente lo que le falla a un Sevilla que no gana desde hace justo un mes, tiempo en el que ha perpetrado partidos lamentables. Los amarillos han ganado ocho de sus últimos nueve partidos, con una goleada en el Benito Villamarín incluida, y son segundos ocupando puestos de ascenso directo.
La Copa, por tanto, es un caramelito en la Tacita de Plata. Todo lo que venga es bienvenido, pero no es una obligación. Por eso, Álvaro Cervera la usa para darle minutos a los menos habituales y ha confirmado que si juega algún titular es porque en estos momentos no tiene recambio. Eso le dio para eliminar al Betis en dieciseisavos. El Cádiz tiene las bajas de Sankaré, José Mari, Carrillo y Servando, mientras que recupera a Roberto Correa y a Alberto Perea.
El Torneo del KO ha vuelto para comenzar 2018, el primer día de un año en el que las cosas sí han cambiado mucho para el Sevilla. El primer partido de un año que se espera acabe en alegrías, y pocas serían tan grandes como la de ver al capitán recibiendo un trofeo de plata de manos del Rey de España. A por ella sin descanso, Sevilla.