Un momento duro, difícil, extraño… por ahí está pasando el Sevilla FC un año después de que todo fuera ilusión. Pero entonces estaba eliminado en la Copa del Rey y hoy, casi muerto en vida, está a cuatro partidos de volver a brindarle a su afición lo que más ansía, una final.
Parece que hablar de cosas así en estos momentos es frivolizar. El sevillismo está ahora mismo en niveles altísimos de pesimismo y desde que el sorteo emparejara a su equipo con el Atlético de Madrid prácticamente nadie ha apostado por salir triunfador.
Pero hay que ser pragmático para darse cuenta de lo que es estar en los cuartos de final de la Copa del Rey, la vía más rápida que tiene el Sevilla para tocar plata en cada inicio de temporada, una vía ya explorada y que ha dado éxitos inolvidables en tiempos contemporáneos. Una vía que no se puede desechar.
Ese es el discurso de Vincenzo Montella, que asegura ver brotes verdes en la profunda crisis que atraviesa el equipo. Pues si es así, empezar a mostrarlos en el Wanda Metropolitano sería una grandísima idea para traerse, como mínimo, la eliminatoria abierta para crear en el Sánchez-Pizjuán ese infierno que tan duro se le hace a cualquier rival, sea de la entidad que sea.
Viaja a Madrid con casi todo el plantel disponible. Sin fichajes a estas alturas, pero sin sanciones ni lesiones de importancia excepto las de Carriço y Pareja. Sólo se ha quedado en la capital hispalense Simon Kjaer, además del aún inédito Arana y el ‘invisible’ Ganso. Sin el danés, Mercado regresará al centro de la zaga y teniendo en cuenta la temporada que hizo el año pasado el argentino y la que está perpetrando en la actual el ex del Fenerbahçe parece hasta una buena noticia. Hombres como Escudero y Nzonzi volverán al once después de haberse salvado de la quema de Mendizorroza, aunque muchos de los que firmaron ese desagradable partido estarán de nuevo en el césped este miércoles, con la necesidad de mejorar sus prestaciones.
Enfrente hay un hueso. El Atlético de Madrid. Uno de esos equipos al que todo el mundo quiere evitar en las eliminatorias porque si hay una palabra que le defina esa es la efectividad. Maneja los tiempos de los partidos con maestría y con eso se tiene mucho ganado en un cruce.
Eso sí, Simeone dará un poco de ventaja, ya que en Copa no alinea a Oblak, uno de los mejores porteros del momento, y también ha dejado fuera a hombres importantes para él como Vrsaljko y Filipe Luis, éste por molestias. Además, ya cuenta el Cholo con Diego Costa, que está a pleno rendimiento, y Vitolo, que jugará su segundo partido contra el Sevilla después de su espantada veraniega. Los dos apuntan a titulares, y formarán con Griezmann uno de los tridentes más peligrosos de Europa. Echar un vistazo al resto del once colchonero puede asustar porque desprenden solidez, precisamente eso que tanto añoran en Nervión.
Pero la Copa del Rey es una competición única e imprevisible. A día de hoy, miércoles 17 de enero de 2018, parece casi un imposible que este Sevilla elimine a este Atlético, aunque algún día este Sevilla tendrá que despertar, le tendrá que llegar la sangre roja a las venas de los que defienden su escudo sobre el césped. Y qué mejor momento que éste.
Míralo, ahí estamos. Mira que somos grandes hasta en la miseria deportiva. Estamos vivos en todas las competiciones, quién sabe lo que puede pasar, los grandes se demuestran en estos momentos. Y somos grandes, porque lo hemos demostrado, ahí está la historia, es la única verdad que existe. Mucho más cuando los demás como es el caso del eterno rival, celebran habernos ganado como un título europeo, nos encumbran aún más, cuando su jugador al que consideran “mítico” el cuentachistes Joaquín, manifiesta públicamente que ya puede retirarse del fútbol… ya ves, la grandeza también consiste en hacer felices a las criaturitas, que aspiran a estar por encima de nosotros aunque no por mérito de ellos, sino por deméritos de nosotros. Un consejo os doy hijos de la mala cepa, cuando gritéis “pu… Sevillá” en el intento de ofendernos, deciros que no ofende el que quiere, sino el que puede y ustedes podéis poco… los extranjeros aún no se explican cómo pueden ofender a la ciudad que los ha visto nacer, bueno yo tampoco.