Vuelan las entradas para la vuelta copera

Después de haber visto el partido del Sevilla FC en el wanda, en la peña de mi localidad, era difícil dar una opinión contrastada de cómo jugó el Sevilla FC, máxime si gana después de tanto tiempo, ve uno el partido maravilloso desde todos los aspectos, pero no es la situación más idónea para opinar del juego que mostró nuestro equipo, dado los sobresaltos, la tensión a la que uno está sometido, las voces de los otros espectadores… en fin, ayer con más tranquilidad lo volví a ver de nuevo en mi casa, en la emisora del Sevilla FC TV. Con el máximo juicio posible, y haciendo uso de la crítica desde el punto constructivo, me relajé y pude ver un partido increíble, no recuerdo, desde hace mucho tiempo al Sevilla FC tan bien posicionado, con la seriedad que jugó el partido, esos no eran los futbolistas que habíamos visto con anterioridad, esos no eran unos paquetes como le habíamos criticado a Arias. Y es que, cada futbolista que estaba en el campo, cumplió con su cometido correctamente, sin lugar a dudas se cometieron algunos fallos, pero también los cometió los de Simeone, que como bien dijo, los goles son más errores del equipo que los encaja, qué mérito del equipo que los mete. Rico, estuvo sobrio, seguro; Mercado, Lenglet, Escudero, Banega, N’zonzi, el mudo, hicieron un partidazo, Sarabia, Corchía y Correa esuvieron un escalón por debajo de los demás pero estupendos, pero es que me gustó hasta Muriel, no hizo una labor propia de un delantero, pero batalló, defendió, pasó… ¿quién es éste me pregunté? Disfruté después de tanta zozobra sufrida, ese control, como circuló la pelota en manos del Sevilla FC, como contrarrestó al equipo de Simeone, como no bajó los brazos después del gol encajado; ¿cómo se puede cambiar tanto?, de pasar a calificarlos de: viejos, paquetes, incapaces, etc. a mostrar elegancia en el trato de balón y hablarle de tú a tú a uno de los gallitos de LaLiga, por equipo, entrenador y presupuesto. Evidentemente, algo ha tenido que pasar en la era Berizzo, donde no vi ningún partido bueno, nunca vi al equipo bien posicionado en el campo, me aburría el sinsentido del toquecito y la posesión sin llegada, me partía el alma ver la mala preparación física de los jugadores que andaban por el campo, desganados, sin sangre, la pésima defensa que teníamos, la mala imagen que dábamos, la rotura con N’zonzi... Afortunadamente Berizzo se fue, no dudo que él quisiera triunfar, pero sólo dejó malestar. Y aunque no todo fue culpa suya, que también lo fue de Arias al traer un entrenador de segundo orden y no realizar bien el papel de enlace con el equipo, y del presidente que tuvo que haber atajado el problema mucho antes de que el equipo cayera en picado. Ahora solo queda confiar que lo que vimos en el metropolitano no sea un espejismo, es que no puede serlo, ahí se vio que si los jugadores quieren, pueden. Es cierto que si queremos competir, necesitamos los refuerzos, un delantero que garantice gol y luchador, un medio con fuerza que garantice la posición cuando no estén N’zonzi o Banegas, por lesión o por reservar sus fuerzas, un central con galardón que comande la defensa, aunque ahora que están recuperados Pareja y Carriço, puede haber overbooking en esos puestos, y un lateral también con músculo y técnica. Y por supuesto, tranquilidad en directiva del Sevilla FC, fuera ataques y problemas que ya se verán al final del campeonato, cuando el equipo no sienta los vaivenes de la entidad.