Hasta Quique se acordó de Puerta

El fútbol existe para los aficionados. Y los aficionados por el fútbol. Un deporte donde la rivalidad deportiva se torna por la amistad fuera de los terrenos de juego y la simbiosis de colorido que aportan dos hinchadas unidas. Eso hicieron este sábado sevillistas y espanyolistas, regalando para el recuerdo un ejemplo de respeto y señorío ante el punto común que une los caminos de ambos conjuntos.

Dos dígitos marcados en el tiempo. La Ciudad Condal mandó un grato recuerdo al cielo en referencia a dos baluartes históricos de sendas entidades, instaurando en los minutos 16 y 21 el sello de identidad que siempre perdurará en los anales del Sevilla y el Espanyol. Antonio Puerta y Dani Jarque pactaron un periplo de paz futbolístico entre ambos conjuntos en los números que recordaban a sus dorsales, guardando un grato recuerdo que puso a las dos aficiones de pie.
La parroquia hispalense coreó el nombre de Dani Jarque, como así lo hizo la espanyolista con el de Antonio Puerta. Un gesto que aplaudió con fervor hasta el propio Quique Sánchez Flores desde la banda y que mantuvo a las dos aficiones unidas por unos instantes. El detalle que apela al regalo de la vida, el que dota de belleza al deporte rey, el que perdurará en el recuerdo de dos hinchadas que no se olvidan de aquellos mitos que habitan en el cielo.