Es Noticia
SD Éibar
5-1
Sevilla FC

Naufragio y ridículo

Pareja y Rico se lamentan ante la celebración del Éibar.
Álvaro Ramírez

Era necesario variar algo, era necesario rotar para refrescar el equipo ante la gran cita del próximo miércoles, pero la forma, la ejecución, fue desastrosa. El Sevilla se hundió en Ipurúa y sumó un nuevo ridículo en la temporada con una derrota abultada y dolorosa ante el Éibar. Un desastre que sin duda no es la mejor forma de afrontar la vuelta decisiva de una semifinal de Copa. El Sevilla tuvo fugas por todos lados. La primera por un alocado y equivocado planteamiento de Montella, que de buenas a primeras sacó a tres piezas nuevas, cuatro casi contando a Pareja, que lo parecía, en un partido más difícil de lo que creía. 

Luego hay que detenerse en Pareja, que demostró que regresó de forma absolutamente prematura. A las primeras de cambio facilitó el gol rival y a partir de ahí todo fue un sainete en la zaga, contagiando al resto de componentes. Total responsabilidad del técnico, que ante la baja de Mercado escogió la peor de las opciones. Tampoco resultó dar de golpe entrada a tres jugadores con apenas horas de entrenamiento. Todos se perdieron en las complicaciones que planteaban Ipurúa y Éibar. Apenas Sandro, más activo pero anárquico, se dejó ver.
La primera de las fugas, la principal, quedó localizada pronto, a los 40". De forma incomprensible, un despeje largo de la zaga local lo convirtió Pareja en una vía de acceso, en una autopista hacia la portería. El argentino reculó y reculó y reculó ante Kike García de tal forma que el atacante local, sin comerlo ni beberlo, se encontró al borde del área chica sin oposición n siquiera al disparo. Y claro, disparó. Fusiló a Sergio Rico, que pudiera hacer más o no tendría motivos de sobra para enfadarse con su central.
Aunque Pareja sea un veterano en el Sevilla, parecía nuevo por su continua desubicación y por sus continuos errores. Y esa fue otra de las fugas del equipo nervionense, y dieron pronto la cara. Roque Mesa, Sandro y Layún debutaron con el Sevilla y se notó su falta de posicionamiento, la falta de entendimiento con sus compañeros. El centrocampista casi nunca aportó soluciones al sacar el balón, el lateral aumentó el foco vírico en la defensa en el flanco derecho junto al argentino, y Sandro, quizás el que le puso más voluntad, recurría tanto al movimiento y al dinamismo que acabó por convertir su costado en otra vía de acceso clara para el Éibar. Por allí Peña y Orellana hicieron lo que quisieron ante Escudero, que se vio desbordado, y por consiguiente Lenglet, que intentaba ayudar, y por consiguiente el Sevilla.
El planteamiento fue de hecho, en conjunto, otra gran fuga. Demasiado osado Montella no por rotar, que era necesario, sino por hacerlo en posiciones tan claves y a la vez con jugadores recién llegados. 
El 2-0 llegó en una verbena defensiva sevillista que comenzó con Layún y Pareja y acabó por el otro costado con el tanto de Orellana. Desastroso.
Dio algo de esperanza el tanto de penalti de Sarabia. Una clara mano de Dani García en una maniobra de Sandro permitió al Sevilla intentar al menos meterse en el partido. Pero era difícil. El control del partido era un descontrol. Otra fuga. Sin Banega, el centro del campo del equipo de Montella desapareció. La pelota pasaba por arriba o por los lados, donde más sufría el Sevilla, pero el conjunto hispalense ni construía ni destruía. En ataque apenas creó peligro, salvo por una acción individual aislada de Nolito, víctima de esa falta de juego, o un remate e Ben Yedder.
Ante tal descontrol, no tardó en tomar ventaja de nuevo el Éibar, en un gol de cabeza de Ramis, que se impuso a Lenglet. Y lo cierto es que hasta el descansó agonizó el equipo andaluz, que alcanzó el ecuador del partido casi dando gracias, porque parecía haberle cogido asco al encuentro. 
No cambió piezas de primeras Montella tras el descanso, apenas intercambió la posición de Sandro y Nolito. El Sevilla aparentó retomar algo el control del partido, pero de nuevo sin remate. De nuevo sin construcción. Por eso no cambió impresión alguna del encuentro. Es más, cada vez que Charles o Kike García se mostraban incisivos temblaba la defensa sevillista, en especial Pareja, cuya actuación hacía minutos que merecía un cambio, más aún con amarilla. Pero Montella decidió mantenerlo, mala decisión, que ayudó al naufragio en Ipurúa. 
Naufragio y ridículo que se acentuó con un cuarto gol en el que Lenglet dio un mal pase al centro y en el que Pareja se durmió ante Orellana.
Para entonces, para ese 4-1, estaba ya Banega en el campo, que había querido y había podido ofrecer algo más de temple con la pelota. Un par de acciones nacieron del argentino en su afán por arreglar el desastre. 
Con el 4-1 el partido ya murió. Empezaron a pensar el Sevilla y Montella en la semifinal de la Copa del Rey. Y además el Éibar no concedió ni un respiro en la presión. La incomodidad era generalizada en las filas hispalenses. Y de la incomodidad pasó a la vergüenza con el quinto gol, de Arbilla de falta. Que además sirvió para que el Éibar, por lo que pueda pasar, gane el golaveraje particular. Y en el que Sergio Rico, además, también pudo hacer más.
Fue un mediodía aciago, fue un mediodía doloroso, fue un mediodía vergonzoso en el Sevilla, uno más esta temporada. Una cara del curso que parecía había quedado en semanas atrás y que sin embargo vuelve al presente en el peor momento. Cuando necesita el equipo nervionense remontar. La derrota puede tener varias explicaciones, que si jugadores nuevos, que si cansancio, que si la Copa... Pero ninguna de ellas, ni todas juntas, justifican un papel tan desastroso que deja consecuencias: anímicas de cara al miércoles, clasificatorias porque la Liga de Campeones parece una quimera y hasta la Liga Europa empieza a peligrar.


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  1. Salo

    Peor imposible. No se puede hacer mas el ridiculo

  2. Harto pan

    Ni canterano ni ke ocho cuartos SERGIO RICO FUERA YA, no es portero para un ekipo ke aspira a champions, 6 tiros del eibar entre los tres palos 5 goles, el primero es de traca, ke Le de la oportunidad a Soria ke creo ke es más seguro al menos, hoy pintando mi casa y estaba malo, por ke es mu malo, un portero con miedo se Le nota y eso lo notan los rivales solo había ke tirar dentro de los tres palos y era gol, vergüenza espero ke montella haya tomado buena nota, RICO FUERA YAAAAA.

  3. Pepegil

    Yo se que a toro pasao es facil opinar,pero no me direis k a sido una temeridad,traer un entrenador a mitad de la temporada k no conoce la liga,creo yo,es lo k nos queda hasta el final

  4. Mjdg

    Con este triplete, Castro, Arias y Montella, si no nos salva Del Nido, en dos o tres años, estaremos en segunda o coqueteando con el descenso

  5. Mjdg

    La mayor pasada y payasada de prepotente de un muy mal y creído entrenador, que pisotea la opinión mayoritaria de una afición que tiene muy claro la ineptitud de un portero como Rico y la insensata planificación de un enchufado incompetente como Arias. Castro dimisión