La vuelta de Sandro Ramírez a La Rosaleda nueve meses después de su salida hacia la Premier League no ha venido acompañada de un buen recibimiento por parte de la afición local.
Sandro saltó al campo en el minuto 77 y se llevó una pitada de peso. Cada vez que tocaba la pelota, que no fueron muchas veces, o entraba en el área de influencia del balón, La Rosaleda explotaba contra el canario.
Y es que la cosa no quedó ahí. A los pitos clásicos para mostrar el rechazo al futbolista, la grada también propinó insultos como “pesetero” y cánticos de toda índole: ¡Sandro, muérete!, o Sandro, c... saluda a la afición. Al canario, futbolísticamente, se le vio algo superado por los acontecimientos y aportó poco al encuentro desde su entrada en la segunda parte.
De esta forma, la afición malagueña no ha perdonado al canario su marcha al Sevilla en el mercado invernal cuando el Málaga se interesó seriamente en ficharle. El delantero canario fue uno de los jugadores más importantes del conjunto costasoleño la pasada temporada.