Así se resume el actual bagaje del conjunto sevillista en el Sánchez-Pizjuán. Lejos queda aquella imbatibilidad que mantuvo un año entero a los rojiblancos sin saber lo que era perder en casa, hasta el triunfo del Real Betis el pasado seis de enero. Una derrota que abrió la senda de la irregularidad en el feudo hispalense, dejando en este inicio de 2018 resultados donde el equipo ha quedado en entredicho en demasía y dejando latente al Sevilla más vulnerable del último lustro.
En este primer tramo de año que comienza a expirar, el Sevilla ni siquiera ha logrado vencer en el cincuenta por ciento de sus partidos en casa en el torneo doméstico. De seis citas disputadas hasta la fecha, los de Montella han caído derrotados ante Real Betis, Atlético de Madrid y Valencia, tres de los enfrentamientos más exigentes y decisivos que se le presuponían al equipo. Un empate ante el Getafe y dos victorias ante Girona y Athletic resumen los registros de un conjunto que vuelve a ser humano.
Y es que lejos queda aquel bagaje del pasado 2017, donde los sevillistas lograron forjar tal fortín que no perdieron en ni un solo encuentro. Unos números que distan mucho de lo ofrecido desde la llegada de Montella, con tres derrotas que han terminado de dilapidar las opciones del equipo en LaLiga Santander y que lo han alejado definitivamente de la ansiada zona de Liga de Campeones.
La gente va con la ilusión al campo, anima creyendo según lo que le han dicho antes del partido de que lo más importante es ganarle al Valencia y al final 0-2. Ya no existe el jugador número 12, pero en realidad lo que no existe es el equipo, porque lo que está pensando es en el partido contra el Manchester, donde el entrenador, el director deportivo y el Presidente pueden salvar el pellejo diciendo que la temporada ha sido un éxito clasificándose para cuartos de la Champions y para la final de la Copa del Rey. Si estuviéramos eliminados de la Champions íbamos a perder 0-2 con el Valencia, enseguia!.