Los más de 2.000 sevillistas desplazados hasta Manchester vivieron el pasado martes una noche inolvidable, muy especial en Old Trafford, pero tardarán en olvidar también el trato recibido por el club inglés, sobre todo en los accesos al estadio.
Casi hacinados, con varios cordones policiales de seguridad, los sevillistas tuvieron muchos problemas para llegar a sus respectivos asientos, más tarde de lo esperado, aunque sí pudieron estar cuando el equipo saltó al césped a realizar el calentamiento.
Eso sí, los cánticos no faltaron en un ambiente especial, en la previa de que su equipo lograse el ansiado el pase a los cuartos de final de la Liga de Campeones.