Desde que llegara al Sevilla FC, Steven Nzonzi se ha convertido en una pieza fija del centro del campo del equipo, tanto con Unai Emery, como con Sampaoli y con Montella, no tanto con Berizzo, con el que tuvo una pelea que le relegó a quedarse durante semanas fuera de la convocatoria.
Aunque le costó arrancar, a los pocos meses consiguió su mejor nivel y desde entonces apenas ha bajado, aunque sí se le achacaba por parte de la afición su falta de disparo, un aspecto importante para un hombre que juega en su demarcación. De hecho, aún se recuerdan en Nervión los chutazos de Seydou Keita, pese a que apenas duró una temporada en el equipo.
Este sábado, Nzonzi se quitó ese peso de encima con un golazo que, además, sirvió para que el equipo rescatara un punto que puede ser fundamental al final de la temporada. El galo controló la pelota, la preparó y chutó desde 29,41 metros, batiendo a Sergio Asenjo con un obús que se coló pegado al palo. Además, sentó como agua de mayo para una afición que demanda en multitud de ocasiones que sus jugadores se atrevan a chutar desde lejos.
Es el primer gol de la temporada del francés, el octavo desde que juega en el Sevilla, y quizás el primero de muchos de este estilo si le hace coger confianza.