La plata, símbolo Ag, de su origen latino Argentum (blanco o brillante para los romanos y en latín) es un metal de color blanco grisáceo, desde el punto de vista químico es un metal pesado y noble, con masa atómica 107.870; desde el punto de vista social es un metal precioso. Para el Sevilla el metal más preciado, el más querido, el metal que cambia la vida.
La plata es un metal bastante escaso, y muchas veces se encuentra mezclado con otros metales. Y en estado puro puede llegar a ser más dura que el oro. Además, refleja como ningún material la luz que se proyecta sobre ella. Y no se oxida fácilmente.
Es un metal, pues, al alcance de los elegidos, los que la lucen, los que la encuentran, los que la ganan. En el Sevilla saben mucho de plata, de hecho tienen en su estadio una preciada joyería de plata de bastantes procedencias, conquistadas por todo el continente y por toda España.
En el Sevilla, además, saben mucho de su valor, de sus propiedades. Porque en el conjunto nervionense conocen bien lo que supone tenerla, ganarla, y si es en forma de Copa mucho más. Sabe el Sevilla que la plata, el metal, como el de la Copa del Rey que preside la final de este sábado el estadio Metropolitano, proyecta mejor que nada la luz. Y eso precisamente es lo que pretende el Sevilla, que esta Copa del Rey ante el Barcelona proyecte, dé lustre a una temporada que con el título sería una de las más importantes de su historia, una de las nobles campañas completadas, un curso que, como la plata, difícilmente se podrá oxidar, porque pasaría a los anales de la historia más que centenaria del Sevilla.
No fue con plata, pero sí con brillo como en la Liga de Campeones ha relucido el Sevilla, logrando lo que no se lograba hacía 60 años. Si a esa gesta la acompaña del levantamiento de un título, el sexto de Copa, frótense de nuevo los ojos, sevillistas, estaremos ante una de las más grandes temporadas que los ojos en blanco y rojo han llegado a ver, antes y ahora.
Pero como bien sabe el Sevilla, la plata es complicada de encontrar, de lograr, de pulir. Y en esta ocasión no es que sea menos, es que será de las más complicadas empresas. Porque tiene enfrente a un buen curtidor de plata, y de oro, y de todos los metales. Tiene delante a uno de los mejores equipos del mundo y al mejor jugador del mundo, el Barcelona y Messi.
De cómo arrebatarle esa condición, esa superioridad, ese favoritismo trata el partido de esta noche. De cómo de grande es el Sevilla trata la finalísima de esta noche.
Porque el conjunto de Montella tiene dos caras, como la misma plata, que del brillo pasa a la toxicidad según qué casos. Este Sevilla es capaz de lo mejor y de lo peor. Lo ha demostrado precisamente en la Copa del Rey donde fue capaz de dejar en el camino al Atlético de Madrid y plantarse, tras apear al Leganés, en el Metropolitano este 21 de abril. Pero también ha ido imagen el Sevilla de equipo derrumbado, caído y cansado, poco apto para estas lides.
Pero cabe esperar que el Sevilla sea el grande, el competitivo. Porque es el que siempre aparece cuando huele la plata. Pasó hace dos años, aunque no levantara el título ante el Barça de Messi, Neymar y Suárez. Se plantó tras jugar y ganar una final al Liverpool y por poco amarga la fiesta blaugrana. Pasó ante el Atlético en la Copa y pasó ante el Manchester United en la Liga de Campeones. Y pasó también ante el Bayern Múnich en cuartos, aunque cayera finalmente el Sevilla, pero con la cabeza alta. Y hasta pasó ante el Barcelona hace semanas en Nervión, al que (sin Messi) pudo noquear para al final dejar que le empatara.
Y si es capaz el Sevilla, un día, de plantarle cara al Liverpool y hasta remontarle tres goles, si es capaz de apear al United en Old Trafford, de competir de tú a tú con el Bayern y de hasta sacarle los colores al Barça, ¿por qué no va a ser capaz de ganarle una final, otra, pues ya le quitó aquella Supercopa de Europa en 2006?
El Sevilla sí es capaz. Es capaz de crecerse en noches mágicas y es capaz de brillar, como la plata. Sabe cómo, y sabe con quiénes, porque Vincenzo Montella conoce bien cuáles deben ser sus orfebres para noches como esta. No debe de haber sorpresas y no se esperan, como tampoco las debe haber y casi ni se esperan en el Barcelona.
Todo está preparado, los dos equipos se conocen bien, porque se enfrentan y se vuelven a enfrentar en las alturas, en Supercopas de Europa, en Copas del Rey, en finales y siempre con plata de por medio al fin y al cabo. Sabe bien el Barça que aun teniendo a los mejores jugadores del mundo en sus filas hay un rival que cuando huele el metal, cuando lo siente y lo palpa, se transforma, crece hasta igualar las más altas cotas y hasta ser incontrolable, impredecible, y capaz de las más altas hazañas. Y todo por la plata.
Alineaciones probables:
Sevilla FC: David Soria; Jesús Navas, Mercado, Lenglet, Escudero; Nzonzi, Banega; Sarabia, Mudo Vázquez, Correa; Muriel.
FC Barcelona: Cillessen; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Rakitic, Sergio Busquets, Iniesta, Coutinho; Luis Suárez y Messi.