El 'caso' Ganso va cogiendo tintes propios de una historia ficticia, merced al repentino giro que ha dado su situación en el Sevilla en las últimas fechas. La derrota en la final de la Copa del Rey no tardó en tener decisiones inmediatas y la reincorporación del brasileño al grupo ha sido una de las medidas que ha tomado Vincenzo Montella de cara a este tramo final liguero. Un asunto al que el propio técnico italiano le ha restado importancia, aludiendo que el propio futbolista se ha ausentado estos tres meses por un problema muscular y no por una decisión propia del entrenador o la dirección deportiva.
Unas palabras que reflejan una serie de incongruencias a la hora de ponerse de acuerdo en las declaraciones, que distan mucho de las ofrecidas por la dirección deportiva, el presidente o el entorno del propio jugador. "Creo que Ganso tenía problema físico, no soy médico. Estaba lesionado, esto es lo que yo sabía. No se ha entrenado por tres meses porque tenía un problema. Nunca he podido verlo en el campo porque nunca se ha entrenado", así explicó el entrenador el pasado jueves los motivos del retorno de Ganso al grupo, apelando a un problema médico y no disciplinario o deportivo.
Una decisión que dista mucho de lo que su segundo entrenador, Enzo Maresca, dijo apenas hace un mes : "Cuando el entrenador lo crea oportuno, volverá a convocarlo, es una decisión técnica que se toma por el trabajo de todos los días". Algo que va acorde a lo que el propio director deportivo, Óscar Arias, reveló en marzo, apuntando a una decisión que es propia de Montella: "Son situaciones que están ahí. No está jugando y lo ideal sería encontrar una solución. Es el míster quien dispone".
No obstante desde el entorno del jugador se señala a ambos, a Montella y Arias, como los culpables de su ostracismo. Giuseppe Dioguardi ya acusó al director deportivo como el principal culpable, al no escuchar las ofertas que tenía sobre la mesa el jugador en el pasado mercado invernal y ni siquiera responder a la propuesta de rescisión de contrato que le costaría a la entidad 12 millones de euros.
Una serie de incongruencias que reflejan lo que está siendo el Sevilla en el presente curso, un despropósito en el que ninguna parte es capaz de ponerse de acuerdo. Montella apunta un problema técnico, Arias señaló al entrenador y el entorno del jugador a los dos protagonistas. Un caso que parece quedar atrás, pues el brasileño ya se ejercita con total normalidad con sus compañeros y aunque no ha entrado en la lista para el Levante, podrá volver a vestirse de corto en las cuatro citas que le restan a la entidad de aquí a final de temporada.