El entrenador del Sevilla, Pablo Machín, manifestó este miércoles que "en el fútbol no hay nada fácil", por lo que el encuentro de vuelta de la ronda previa de la Liga Europa ante el Zalgiris en Vilna, en el que su equipo defiende un exiguo 1-0, "puede ser un partido trampa".
En la rueda de prensa que ofrecida antes del entrenamiento oficial en el estadio LFF, donde el jueves se disputará el partido, Machín lamentó que "el césped artificial" de la instalación "no sea de una generación más nueva" y aunque no quiere "que se convierta en una excusa", cree que la superficie de juego puede ser "importante aunque ojalá que no determinante" en la resolución de la eliminatoria.
El preparador sevillista espera a un "Zalgiris que ya demostró en la ida que sabe competir", que "está obligado a marcar dos goles para clasificarse", así que augura "un partido más difícil que el de la ida porque, además, contarán con el apoyo de la gente y están acostumbrado a jugar en este escenario".
Sin embargo, y pese al "respeto" que le suscita el conjunto báltico, el técnico soriano afronta el choque "con la confianza de hacer lo necesario para pasar", ya que ha viajado con "la sensación" de que el Sevilla debió "marcar más goles en la ida", lo que no hizo "en gran medida, porque su portero tuvo una actuación excelente".
Pablo Machín no dio pistas sobre la alineación pero sí advirtió que "tras jugar la Supercopa el fin de semana y con un partido de Liga en tres días", considera "necesario dosificar los esfuerzos de los futbolistas", si bien espera "estar durante mucho tiempo con este problema porque eso significaría que el Sevilla sigue avanzando en la competición europea".