El Sevilla se ha enfrentado este domingo ante el Villarreal y a su propio nivel. Si avisaba Machín tras la victoria ante el Rayo de que la goleada no era una prueba real, el partido de este domingo posiblemente sí que sea mucho más fedatario de lo que es este proyecto a día de hoy, para lo bueno y para lo malo.
Y para lo bueno la verdad es que el Sevilla bien pudo llevarse el partido, gozó de las mejores ocasiones, sobre todo en el tramo final dos clarísimas, de André Silva y Ben Yedder, este al palo. Y nunca perdió la cara al partido.
Y para lo malo también mostró el Sevilla que aún está en construcción, que le queda mucho por hacer al técnico soriano, que no mostró este domingo las señas de identidad de las que pretende hacer bandera. La presión alta fue bastante irregular, el ritmo tampoco fue constante, sí que generó ocasiones, pero nos las materializó. Y luego atrás no estuvo seguro. El único, eso sí, Vaclik, que se convirtió en el mejor del encuentro con sus paradas, sobre todo una ante Bacca en la segunda mitad.
El Sevilla no fue peor que el Villarreal, pero tampoco mejor. Y cuando tuvo las ocasiones echó de menos de nuevo esa pólvora, ese instinto asesino que en Vallecas sí que encontró en André Silva. El portugués estuvo activo esta vez, pero dejó ir dos oportunidades realmente claras.
Luego, el equipo nervionense tuvo fugas por el centro. Físicas y estratégicas. Aunque acumulaba más ritmo el Sevilla, tanto Banega como Vázquez demostraron no poder con el calor ni con el partido. En general, estuvieron flojos y físicamente fueron la principal debilidad de un equipo que necesita de fortaleza para mantener un ritmo constante de partido, de presión. En la segunda parte fueron los primeros en dejar el partido.
El Sevilla peleó hasta el final y fue en último tramo del partido cuando tuvo las ocasiones más claras, una de André Silva y otra de Ben Yedder, que se estrelló con el palo
Tampoco Sarabia, el salvavidas que ha tenido el verano el Sevilla, pudo hacer más, mientras que Navas lo intentó una y mil veces, pero sus pases, sus entradas al área, no encontraron rematador, ni en primera ni en segunda línea. Fue el principal foco del Sevilla, la banda derecha, con un ataque muy descompensado con respecto a la banda izquierda, donde Escudero llegaba a al área a zona de remate, pero difícilmente sorprendía con la pelota en los pies. Además el vallisoletano terminó lesionado de forma grave en su codo.
Con ese partido de ida y vuelta, en el que en el centro del campo era un pasillo demasiado paseable, bien pudo cualquiera de los equipos desnivelar el partido a través del acierto, pero estuvieron bien los porteros y no tan bien los delanteros.
Para que la idea de Machín se plasme al cien por cien en su equipo todavía queda, por lo que el Sevilla está aún incompleto, por eso y porque todavía quedan fichajes por llegar
Eso sí, el final del encuentro fue sevillista, y el arreón final casi le da para llevarse los tres puntos. La jugada de André Silva, indeciso de forma inexplicable ante Asenjo, y la de Ben Yedder, que se estrelló con el palo, dejaron ese amargor en el regusto de los sevillistas, que se fueron a casa con la sensación de haber perdido dos puntos, pero también teniendo en cuenta que el empate no fue del todo injusto.
Pero sobre todo, el sevillista se iría a casa pensando que hay buenas bases, buena predisposición, pero que el equipo aún está incompleto en todos los sentidos antes de afrontar una primera semana clave, la Europa League y el derbi esperan.
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