El triunfo momentáneo del Sevilla FC pasó a un segundo plano por unos minutos. Éver Banega puso tierra de por medio en el partido tras el tanto inicial de André Silva, anotando una pena máxima que acabaría con un desenlace triste para los intereses sevillistas.
Banega no falló desde los once metros y se marchó a celebrar el gol con la grada sevillista, instaurada tras la portería de Dmitrovic. Justo cuando se acercaba a la zona visitante, el soporte delantero de la grada cedió ante la celebración de la afición y varias decenas de aficionados se precipitaron y cayeron apilados.
De hecho los servicios médicos de Ipurua y los del Sevilla FC se marcharon corriendo para asistir a los afectados e incluso se tuvieron que llevar a dos aficionados en camilla, aunque no se revistió gravedad aparente en el estado de ninguno de los afectados más allá de las contusiones sufridas.
Al menos dos personas, un hombre, con problemas en la rodilla, y una mujer, con molestias en el tobillo, fueron retirados en camilla por los servicios sanitarios entre los aplausos de los aficionados del Éibar. El partido, que en ese momento se acababa de poner 0-2 a favor del Sevilla, estuvo suspendido durante seis minutos mientras se normalizaba la situación y se atendía a los heridos. La propia presidenta armera, Amaia Gorostiza, bajó a la enfermería de Ipurua para interesarse por los afectados y transmitirle sus ánimos. En total, tres traslados medicalizados y dos en ambulancia tradicional.
Cabe destacar que la grada donde estaba instaurada la afición sevillista es la única de todo Ipurúa que aún no se ha reformado, tras las reformas en las parcelas norte, este y oeste, por lo que necesitará una mejora a corto plazo, que en principio estaban previstas para el próximo verano.
"Deseamos de corazón un rápido restablecimiento a los aficionados del @sevillafc contusionados hoy en Ipurua y esperamos que puedan regresar con normalidad a sus hogares. ¡Un fuerte abrazo para todos!", escribió el Éibar en su cuenta oficial de Twitter tras el suceso.