Termina este 2018 y con él se cierra un año cargado de emociones fuertes para el Sevilla FC. 365 días en los que la entidad volvió a rozar el cielo, con dos finales y lo saboreó tras la hazaña de Old Trafford. Y también hubo decepciones. Todo ello y más lo hemos resumido en ElDesmarque.
El año empezó cargado de turbulencias, con las dudas que generó la llegada de Montella y su posterior derrota en el derbi. No obstante dicen que nunca se rinde y, como siempre, el Sevilla se levantó de la mejor de las maneras. Lo hizo venciendo al Leganés en semifinales y colándose en la gran final de la Copa del Rey.
Un vaivén de sensaciones que tuvo más capítulos. Uno de los que más se recuerdan, el de la hazaña de Old Trafford. Tras inundar las calles de Manchester la marea sevillista, se hizo historia al vencer al United y colarse por primera vez en los cuartos de final de la Liga de Campeones.
Con el éxito en los torneos del k.o, el Sevilla dejó a un lado una Liga en la que sufrió hasta el final. Los de Nervión volvieron a ilusionarse con la final de la Copa del Rey, pero la eliminación del FC Barcelona en la Champions le hizo desquitarse en la competición copera. Una manita le endosó a los de Montella, que terminó siendo cesado, y que desató el tremendo enfado de la hinchada.
Un varapalo que generó un cambio histórico en la entidad... El retorno de Joaquín Caparrós. El utrerano no sólo logró devolver la ilusión a la hinchada, sino que consiguió una recta final impecable que evitó la debacle de quedarse fuera de Europa un lustro después.
Caparrós se enroló en la dirección deportiva y su primera decisión fue elegir a Pablo Machín como nuevo entrenador. Tras esa elección llegó un verano cargado de fichajes. Se ejecutó la opción de compra de Roque Mesa. Además llegaron Vaclik, Gnagnon, Sergi Gómez, Aleix Vidal, Gonalons, Amadou, André Silva y Quincy Promes.
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Y la primera prueba de fuego, tras superar las primeras rondas previas de Europa League, fue la Supercopa. Ahí se pudieron vislumbrar los primeros síntomas de la seña de identidad de Machín. No obstante el FC Barcelona volvió a lograr imponerse y un tanto de Dembélé en la prórroga desequilibró la balanza. Una cita no exenta de polémica, pues aún se siguen dando los últimos coletazos de la celebración del partido en Tánger.
El final de año ha sido brillante dentro de los terrenos de juego y cargado de turbulencias lejos de ellos. La Junta de Accionistas destapó la posible venta del Sevilla. Con ello, la indignación del sevillismo, contrario a esa decisión. Un varapalo que volvió a ratificar la unión de la hinchada de Nervión, que nunca dejará marchitar a su equipo.
Y precisamente esa unión hace la fuerza. Una simbiosis, entre plantilla y técnico, que ha devuelto la ilusión a la parroquia sevillista. En octavos de Copa del Rey, en dieciseisavos de Europa League y luchando por LaLiga Santander. Un brillante momento de forma que permite a los de Machín soñar con volver a oler plata y pensar en un 2019 que puede ser histórico.