Joaquín Caparrós fue uno de los señalados en el partido que el Sevilla perdió ante el CD Leganés. El 0-3 tan claro dejó en evidencia las vergüenzas de un equipo que desde el derbi no reacciona. Con la sola ausencia de Banega, todas las carencias del equipo emergieron al unísono.
Desde el comienzo se notó que Pellegrino había trabajado bien el partido. El Leganés apretaba arriba y ahogaba los costados del Sevilla. Navas, Escudero, Promes y Sarabia no llegaban, y los pocos centros que sacaron no sorprendían a la defensa pepinera.
Con 0-2, el partido demandaba jugar por dentro. Quizá eso fue lo que más tiempo tardó en ver Caparrós. Roque Mesa fue el primer cambio y entró Gonalons. El canario se marchó pero pudo haber salido cualquier otro.
En la segunda parte, el equipo mejoró muy levemente durante 15 minutos, pero en seguida se vio que la defensa del Leganés. En ningún momento el Sevilla atosigó a su rival, o lo puso en complicaciones reales. La entrada del Mudo y Bryan por Promes y Rog, respectivamente, no cambiaron la dinámica verdaderamente. Fue más el empuje del equipo que otra cosa.
Al final, las sustituciones tampoco surtieron efecto. Navas, Sarabia y Munir seguían jugando por fuera y Ben Yedder estaba solo siempre.
Fallo de todos y obviamente de Caparrós. Con este resultado, la Champions se pone casi imposible.