Todo lo que no fuera la victoria iba a extrañar en Nervión. Lo interesante, desde el primer minuto hasta el último, residía en ver cómo andaban los menos habituales, y en concreto, Rony Lopes, Chicharito o Dabbur. El encuentro será recordado por el gol de nueve del mexicano y la enorme ovación que se llevó el israelí sin apenas haber sudado la camiseta del Sevilla. Las ganas de Nervión en ver al futbolista son tremendas. Por el momento no hay democracia, ahí decide Lopetegui.
Un punto a favor de Lopetegui, y que ya se vio en Qarabag, es que quiere tener a todo el mundo metido. Por el momento, la gestión de la plantilla es buena. El Sevilla salió metido desde el principio, tanto que en la primera parte terminó con un 82% de posesión. Jordán, un habitual titular, era el eje de todo. Eso habla bien del equipo y de él. Por la derecha, Pozo y Rony Lopes se entendían, mientras que por la izquierda Escudero sigue con las mismas dudas. Sin embargo, Munir estuvo activo. El ex de Barcelona puso un enorme pase de gol para Chicharito. El mexicano tardó 17 minutos en tener una ocasión y meterla en la jaula. Fue un tanto de nueve puro buscando la pelota al segundo palo. También trabajó el Chicharo, pero el gol se tiene y se busca, las dos cosas.
A partir de ahí el dominio del Sevilla no cedió. Con el partido más tranquilo y un APOEL acobardado, había que centrarse en ver a Pozo y Rony Lopes. El canterano sigue dejando muy buenas sensaciones y el ex del Mónaco tiene calidad. Quizá debe que coger la forma más, perder la timidez a equivocarse, pero es vertical, tiene regate, se asocia bien y dispara a puerta si ve la ocasión. Buena presentación de Rony Lopes en Nervión.
En la segunda parte, el Sevilla salió al ralentí y con una marcha menos. Eso invitaba a mirar a la banda para ver quién calentaba. Todo el banquillo iba rotando. Cuando salió Dabbur con su 'carrerita' por la banda, el córner de preferencia se levantó a aplaudir. Había ganas de verlo.
Aunque no pasaba apuros, Lopetegui quería agitar algo el partido con Bryan. El chaval salió con vértigo y fue capaz de generar un par de llegadas desde su banda. Dabbur seguía en el banquillo.
Ante tanto trote del Sevilla, el APOEL generó una ocasión por la falta de intensidad en la segunda parte. Por ello, Lopetegui metió a Banega por Rony Lopes que ya le faltaba un poco el aire. Se marchó con un buen aplauso de las gradas.
Dos minutos después cuando no pasaba nada en el partido, el público le dio una ovación tremenda al israelí cuando se dirigía al banquillo, se quitaba la sudadera y se iba a la banda. Partido aburrido y aplausos para Chicharito porque se marchaba en el cambio. Dabbur entraba en el terreno de juego y el campo enloquecía.
El objetivo a partir de ese momento era esperar a que Dabbur tocara la pelota. Quince minutos de paciencia. El delantero tocó un par de balones, tiró un par de desmarques, pero el equipo y el ritmo del partido no le acompañaron. El pitido final dejó a la gente con ganas de más. No con ganas de fútbol, si no de esperar a que Dabbur marcara.
Al final, tres puntos y a descansar. Salvo Chicharito y Rony Lopes, la unidad B empeoró con respecto a la imagen ofrecida en Qarabag. El domingo espera el Barcelona.
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