Los partidos contra el Getafe CF siempre son duros, para cualquier equipo y especialmente para el Sevilla FC. La primera parte del partido de este domingo en el Ramón Sánchez-Pizjuán estuvo llena de jugadas polémicas con un gran protagonista, el delantero Jaime Mata.
El atacante azulón estuvo envuelto en las acciones más polémicas del partido y bien pudo irse a la caseta antes de tiempo si Sánchez Martínez hubiera sido más estricto con las tarjetas… o al menos hubiera mantenido un mismo criterio para todas las acciones.
En el minuto 15 de la primera parte, tras varias faltas visitantes, la primera tarjeta amarilla fue para Éver Banega, que protestó airadamente porque seis minutos antes Jaime Mata le hizo una falta muy similar.
El atacante getafense vio la amarilla ocho minutos después por una acción de juego peligroso sobre Lucas Ocampos. Lo más curioso, o grave, es que en el minuto 32 Sánchez Martínez pitó otra vez falta a Jaime Mata por una acción prácticamente idéntica a la anterior, en la que levantó excesivamente la pierna contactando con Diego Carlos muy cerca de la cara (foto superior). El colegiado murciano decidió no sacarle la amarilla en una acción que podría haberle mandado a la caseta con más de medio partido por delante.