Óliver Torres comienza dar poco a poco su mejor versión. Tras firmar un inicio irregular, el mediocentro se ha convertido en el jugador número 12 de Julen Lopetegui. Si bien es cierto que no termina de ser incuestionable en el Sevilla FC, sí comienza a dar muestras de los motivos por los que le fichó Monchi.
Un tipo que ha estado toda la vida pegado a una pelota de fútbol. Por eso se hizo futbolista, aunque ahora los niños tengan otras preferencias. Así lo muestra el propio Óliver Torres con su reflexión.
"Imagino que como todos los niños. Ahora ya menos, porque con la tecnología estamos perdiendo un poco la esencia de ser niño, de disfrutar de los detalles... Y es una pena pasar por el parque y no ver a niños con la pelota, no ver a niños que se quitan las camisetas para hacer las porterías... Fue eso, yo salía del colegio a las dos y a las dos y diez estaba jugando en la plaza, en mi barrio, en Navalmoral. Tener una pelota era lo que me hacía feliz ¿Por qué me metí al fútbol? Porque me hacía feliz y porque a día de hoy es lo que más feliz me hace. Podría haber sido profesional o no, pero la pelota siempre habría sido parte de mi vida", reveló para Diario de Sevilla.
En clave deportiva, Óliver Torres reveló que espera ser el relevo de Éver Banega. "Ojalá, ojalá pueda compartir tiempo aquí con él, por lo que nos da y lo que nos enseña también, porque lleva mucho tiempo, tiene mucha experiencia, mucha jerarquía y es importante para el equipo. Yo me considero de ese perfil y, bueno, acabo de cumplir 25 años, soy súper joven y tengo muchísimo tiempo para poder mejorar y poder absorber todas las ideas que me marquen y, obviamente, cuando termine la carrera quiero estar orgulloso del trabajo y del trayecto que he hecho y siendo más de lo que nunca había soñado", comentó.