Hasta cinco entrenadores tuvo el Sevilla en menos de dos años. Sampaoli, Berizzo, Montella, Caparrós y Pablo Machín no lograron asentarse en Nervión. Algo que espera hacer ahora Julen Lopetegui, apuesta personal de Monchi.
No obstante no todos los mencionados salieron de la misma manera. Caso especial fue el de Eduardo Berizzo, que conmocionó al sevillismo tras sufrir un cáncer de próstata mientras entrenaba al equipo. A toro pasado, el argentino considera que el Sevilla FC no fue justo con él al despedirlo 24 días después de operarse.
"No lo esperaba y no me gustó, no me pareció justo, porque la realidad del equipo no era mala: habíamos clasificado a octavos en Champions, habíamos pasado en Copa del Rey y estábamos quintos en la Liga, pero la directiva habrá pensado que estaba débil, que no iba a poder. Ese es el problema de contar cosas de este tipo en nuestra profesión. ¿Qué jugador dice que tiene miedo? Si dice eso, lo sacan. Y en este caso yo nunca perdí la fuerza, al contrario, bajé unos kilos, que mal no me venían (risas), pero la fuerza no la perdí", ha comentado en La Nación.
El técnico Berizzo también explicó cómo le comunicó a la plantilla su enfermedad: "El tema era que tenía que operarme y no podía estar en los entrenamientos, no me quedó otra que contárselo. Les dije que iba a ausentarme 2 o 3 semanas por la operación, y justo venía el parón de diciembre, así que me perdí 2 o 3 partidos de Liga y uno de Champions. En grupo los jugadores me dieron fuerza y luego por privado manifestaron cierta preocupación, y al final yo los alentaba a ellos, los tranquilizaba".
También cómo fue su primera reacción al enterarse: "Les pregunté a los médicos qué había que hacer, me contestaron que operar y les dije: "Vamos ya". Ahí no hay muchas opciones para escoger: te suben al ring y el que viene enfrente te viene a pegar, entonces o subís la guardia, o te pegan. Me puse en manos de los médicos, se lo comuniqué a mis hijos, por supuesto. Ese es un momento duro, porque la primera pregunta que te hacen tus hijos es si te vas a morir. "Tendrán que seguir aguantándome", les contesté".
Ahora si. Nos confirman fuentes cercanas a Eduardo Berizzo que está recuperado del carcinoma de próstata del que se estaba tratando. En el #SevillaFC nos alegramos de corazón de su restablecimiento y le deseamos lo mejor. #DiaMundialContraElCancer pic.twitter.com/0oJYcC5LRD
— Sevilla Fútbol Club (@SevillaFC) February 4, 2018
El despido no fue por su enfermedad, de la cual me alegro que se haya recuperado y que esté perfectamente bien. Yo agradezco a Berizzo que fuera honesto, trabajador y formal con el Sevilla FC, pero su despido fue porque el fútbol que practicó el Sevilla FC bajo su batuta fue pésimo. Desde el primer partido en agosto de clasificación para la Europa League, ví que no se comería el turrón en Sevilla. Era malo a rabiar y proyectaba poca confianza. El culpable de su destitución fue él mismo, por eso, me parece su declaración fuera de forma y fuera de sentido común.
Pero a ti no te despidieron por tener cancer, te echaron y tardaron mucho en hacerlo, porque eres un entrenador muy malo.
Bordalás no sale porque el Sevilla ya a alertado a todos sobre los peligros de fichar un entrenador de este corte. Podía haber sido el Sevilla mas elegante ? No lo sé, quizá pero lo que si está clarísimo es que el ni valía ni vale para entrenador de nivel. La historia posterior de Berizzo dice eso, al menos.
Se pasó de honesto. Y también de ingenuo. Con decir que se tenia que operar de una hernia inguinal ya le habría valido. Se todos modos no lo veía yo entrenador para el Sevilla, que repitió la historia con Machín sin aprender nada: que el equipo de un entrenador desconocido haga una buena temporada no garantiza que el oentrenador sea un crack ni que sirva para poner a otro equipo, mejor, en champions. De moda está siempre Bordalás y no se lo rifa nadie. Y Machín no dio una a derechas desde que salió del Gerona, de todos sitios lo largaron. Un entrenador fiable es aquel que puede mostrar una buena trayectoria en todo tipo de equipos, no un principiante que ha tenido un buen año, a no ser que hubiera nacido una estrella.