El Sevilla FC hará el pasillo de campeón el próximo sábado al Real Madrid en el partido que enfrenta a ambos equipos en el Santiago Bernabéu. Los merengues han ganado la Supercopa de España en Arabia Saudí hace unos días y, por tanto, recibirán los honores de su próximo rival como es tradicional.
En los últimos tiempos se ha producido mucha polémica con este gesto, especialmente desde que el FC Barcelona decidió no hacérselo al Real Madrid después de que los de la capital de España ganaran el Mundialito de Clubes de 2017, alegando que era una competición que ellos no jugaban. En la jornada 36 los madridistas visitaban el Camp Nou y ante la posibilidad de tener que hacer pasillo al Barça si ya era campeón de LaLiga Santander, Zidane se negó. "No vamos a hacer el pasillo, es una decisión y ya está. La decisión es mía. No entiendo lo del pasillo y no se va a hacer. Pero estamos lejos del final de la temporada. El Barça lo rompió. No existe”. Cosas de convertir un honor en una humillación por parte y parte.
El caso es que el Sevilla sí lo va a hacer el próximo sábado a pesar de que la Supercopa de España es una competición que no ha disputado, sin entrar en el debate de quién debería jugarla o no.
Ya existe un precedente de estos dos equipos en una circunstancia similar, pero con los papeles cambiados. El 16 de mayo de 2006 el Real Madrid visitaba al Sevilla en el Ramón Sánchez-Pizjuán en la última jornada liguera, seis días después de que el equipo nervionense ganara su primera Copa de la UEFA en Eindhoven, y a pesar de que tres días antes el Barcelona lo había realizado, los merengues rindieron honores a un equipo que había acabado con una sequía de medio siglo.
El pasillo estuvo lleno de detalles. Ese día regresaban a Nervión por primera vez Julio Baptista y Sergio Ramos, que el verano anterior se habían marchado a la capital de España en busca de títulos… que tardarían en llegar más a las vitrinas del Bernabéu que a las del Sánchez-Pizjuán. No fue un partido fácil para ambos, que fueron abroncados desde el inicio. En el equipo madridista estaba además Zinedine Zidane, su actual entrenador.
En las fotos de aquel día hay muchos detalles curiosos. Por ejemplo, Sergio Ramos besando a Jesús Navas a la salida de los sevillistas al césped –el camero y el palaciego volverán a coincidir 14 años después-, o Roberto Carlos saludando efusivamente a su compatriota Daniel Alves.
El Real Madrid se jugaba mantener la segunda plaza, pues el Barça ya era campeón, y aunque perdió 4-3 la mantuvo porque el Valencia perdió ante Osasuna en Pamplona. El Real Madrid se adelantó con dos goles de Beckham, pero Jesús Navas, Saviola (2) y Luis Fabiano le dieron la vuelta al partido antes del descanso. Zidane, precisamente, marcó el gol definitivo.
Ese resultado, por cierto, fue clave para que el Sevilla no alcanzara el cuarto puesto y se clasificara para la Liga de Campeones, que fue para los navarros por su mejor golaveraje particular.