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Monchi, el fichaje a ciegas de Dragutinovic y una moraleja para toda la vida

Deletree conmigo: P E R I O D I S T A

Uno de los momentos en el que el fútbol puso a prueba a Monchi fue en el cierre del mercado veraniego de la temporada 2005/06. Sergio Ramos se marchó al Real Madrid en el último suspiro y el Sevilla FC reaccionó rápidamente para fichar a Ivica Dragutinovic.

Ahora todo el sevillismo sabe quién es el serbio, emblema de los mejores años del club en el Siglo XXI, pero en esas horas que pasaron entre la salida del camero y la llegada del balcánico era un perfecto desconocido para todos… e incluso para Monchi.

Así lo ha confesado este martes el director deportivo sevillista en el primer programa de #Junglers1, organizado por Esports Vodafone y ElDesmarque en Madrid. Junto a Lozark, director deportivo del equipo de esports Vodafone Giants, el de San Fernando ha recurrido a esta anécdota para ejemplificar cómo era su trabajo entonces.

“En 2005, cuando Sergio Ramos se va al Real Madrid, esa operación se produce el último día de mercado a las 22.30 horas. Había rumorología pero, error mío, no pensaba que el Madrid viniera y pusiera encima de la mesa la cantidad que puso, que a día de hoy es un regalo. Intuía que podía pasar, pero no me convencí y no fui precavido para buscar una respuesta”, comenzó Monchi. “No era capaz de encontrar un central y a última hora el director general, José María Cruz, me dijo ‘¿No estuvo aquí Pedja Mijatovic y te ofreció un jugador?’, ‘Ni me acuerdo del nombre. ‘Dragutinovic, central zurdo, que juega en la liga belga, serbio, no sé ni si es blanco o de color, pero voy a hacer unas llamadas’. Hice seis llamadas a especialistas en futbol belga y todo el mundo me habló bien. Lo firmamos. Él era zurdo y Sergio Ramos diestro, no tenían nada que ver”, recordó Monchi.

Ivica Draguinovic, en su etapa en el Sevilla FC.

Como bien dice, prácticamente no lo conocía y la primera vez que le vio un partido en directo no le convenció ni mucho menos. “Me fui ese año de vacaciones a hacer el Camino de Santiago. Drago jugaba con Serbia en ese parón en el Vicente Calderón contra España. Hice noche en Lugo y me puse a ver a Dragutinovic. El jugador que había firmado que no lo había visto en mi vida, algo escasamente profesional. Ese día juega de lateral izquierdo, y en la selección española juega en banda derecha un tal Joaquín, al que todos conocemos, que ese día le pudo pegar entre 15.000 y 16.000 regates”.

Esta circunstancia, claro, provocó reacciones, especialmente de los más cercanos a Monchi. “Del Nido, que era el presidente, me llamaba y me decía ‘¿Este es el que hemos firmado? Es muy malo’, le dije que poco a poco iría a mejor… Jugó siete años, ganó seis títulos, fue ídolo de la afición y un magnifico amigo. A veces la suerte te ayuda. Ahí podía haber tomado dos caminos, como salió bien podría haber seguido fichando así, pero cogí el camino de ser precavido, por lo que siempre trabajamos en todas las posiciones del campo para tener cubiertas cualquier ausencia”.

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