Anunció su retirada el pasado mes de octubre pero no se ha apartado del fútbol. Más bien todo lo contrario. Con 37 años, Javi Varas colgó las botas tras una larga trayectoria profesional, grandes alegrías y alguna que otra 'espinita'. El que fuera canterano y portero del Sevilla nos concede esta interesante entrevista a ElDesmarque para contarnos cómo lleva el confinamiento junto a su familia y su labor ahora como entrenador de porteros en la Escuela de Fútbol Antonio Puerta.
En estos días de confinamiento y encierro, Varas reconoce que “se empieza a hacer un poco pesado, pero lo estamos llevando bien. Las mañanas están bastante ocupadas con las tareas del cole de los niños, aprovechando para entrenar en casa, intentando mantenernos entretenidos, estudiando y leyendo también... Hay días que me faltan horas, pero se echa de menos mucho la calle”.
El sevillano no se aleja de su afán por mantenerse en forma y se ha buscado una buena compañera con la que compartir entrenamientos desde casa: “Tenía material de cuando jugaba y los usaba para los periodos de verano. Tengo espacio en casa, me creo mi rutina y mi mujer me acompaña también. Siempre mejor acompañado, y tenemos que hacerlo. Me sienta muy bien física y mentalmente”.
Para Javi, regresar al lugar donde creció como portero significa una experiencia muy bonita. Ahora él se encuentra al otro lado del pupitre y valora enormemente el respeto que reina en la cantera sevillista: “El ambiente de la escuela es muy bonito. No es tanto el ambiente competitivo, sino más de enseñanza y de educar a los niños”.
“Es una manera de seguir vinculado al fútbol y a mi casa. Los niños también me conocen y el poder llegarles es mucho más fácil. Ellos son esponjas, están atentos a todo. Se nota esa figura de respeto. Yo les digo que no me llamen míster, que me llamen por mi nombre. Aunque algunos no me hayan visto jugar por la edad, se nota la referencia. Estamos formando a personas. A mí me formaron personas”, recalca.
No todos los futbolistas pueden presumir de una carrera provechosa. Como en todo en esta vida, no todo es de color de rosa. Las dificultades y los momentos de flaqueza aparecen, pero “en todos los clubes hay un momento bonito. En el Sevilla están los debuts en Primera ante el Numancia y en Champions ante el Sttutgart, el ganar títulos, el ascenso con el Sevilla Atlético... todo eso te queda muy marcado. Si echas la vista atrás, son momentos que recuerdas perfectamente. También hay espinitas a lo largo de mi carrera, pero he sido un afortunado”.