El 1 de marzo el sevillismo se llevaba las manos a la cabeza cuando veía que Fernando Reges se tenía que retirar lesionado. El Sevilla FC sacó adelante su partido ante el CA Osasuna, no sin apuros, pero la peor noticia llegaba después.
Fernando se había roto y las sensaciones eran malas, tal y como reconoció Julen Lopetegui. Después se confirmó que estaría bastante tiempo fuera de los terrenos de juego, perdiéndose el partido del Wanda Metropolitano –para el que habría estado sancionado en todo caso- el derbi ante el Real Betis, la eliminatoria de la Europa League ante la Roma… y quién sabe cuántos partidos en un tramo importantísimo de la competición, siendo una pieza clave del equipo desde el día que llegó y debutó en un amistoso ante el Reading en La Rinconada.
Y llegó el parón por el coronavirus, el fútbol se paró y los entrenamientos han tardado casi dos meses en regresar. Fernando ha seguido trabajando en casa en su recuperación y ahora se ha incorporado a la dinámica en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios con el resto de sus compañeros.
De este modo, el gran fichaje del regreso al trabajo tras el parón es ya Fernando Reges, que hasta el momento había disputado 2.389 minutos en 28 partidos, marcando dos goles y dando dos asistencias. Dos meses sin su concurso se habrían hecho muy largos, pero las circunstancias han dado la posibilidad a Lopetegui de contar con una de sus extensiones en el campo en el tramo final de temporada. Y encima limpio de tarjetas.