Usted tendrá, como yo, ese amigo que se apunta a todo. A una cerveza a deshoras, a un café cada vez que pasa por su barrio, a un día de campo o de playa, a jugar al hockey hierba o a una ronda de aspirinas. Póngale el nombre que quiera. En esto del fútbol español el que se apunta a todo lo que haga falta es el Sevilla FC. ¿Qué la Copa del Rey le empareja con el Barça? Pues allá va él con un genial partido de ida. ¿Qué el Borussia te da castaña en casa? Pues a motivarse para hacer posible lo que parece imposible. ¿Qué por fin decae el Atlético y el Barça pincha? Pues ahí está el Sevilla, tercero y a siete puntos del líder. ¿Que tu primo segundo se casa en Japón? Allá va él como acompañante.
El equipo de Lopetegui, el club de Nervión, va a todo y a todas, y por eso va a El Sadar, otrora campo de batalla y pesadillas, a entender el partido, hacer cuatro cambios necesarios e imponerse en todos los aspectos. Todo para conseguir tres puntos más que le colocan como el mejor equipo de 2021 y, como se aspira en la entidad, como alternativa por si los que casi nunca lo hacen se despistan.
Osasuna, que no perdía en casa desde diciembre y atravesaba una buena racha, tomó nota de la actuación del miércoles del Borussia Dortmund y salió con intención de hacer daño desde el primer momento. Un día más, al Sevilla le costaba entrar en el partido y los primeros minutos fueron completamente rojillos, con un cabezazo al palo de Oier como punto álgido.
Pero el partido de El Sadar también le servía al equipo de Nervión para pulir los errores que le condenaron días atrás. Aunque Osasuna trataba de hacer daño con una presión muy alta, los visitantes jugaban con tranquilidad y domaban la pelota, haciendo sufrir a los navarros una vez se superaban las primeras líneas, con la inestimable colaboración de Suso, que bajaba a recibir y a oxigenar al equipo, y la calidad de Óliver y Jordán.
Aunque los de Arrasate no se amilanaban y seguían con su plan de juego, el Sevilla empezaba a crecer en el partido. Que si una jugada ensayada que casi sale, que si una clara de Munir en fuera de juego, que si un remate del hispanomarroquí que pone en apuros a Herrera… hasta que llegó el primer golpe.
Un saque de esquina ejemplar sacado por Joan Jordán allá donde hace daño, una defensa en zona que no se entera de la rápida película, y una locomotora como Diego Carlos que en la frontal del área chica la remata hacia adentro. Académico.
El plan le salía al Sevilla, y Osasuna no renunciaba al suyo. Pero los Koundé, Diego Carlos, Fernando son hombres acostumbrados a estas lides. Tres, cuatro, cinco pases y prácticamente siempre el balón superaba la presión rojilla. Al llegar a los jugones se gestaba el peligro, a pesar de la incomodidad de un césped que ralentizaba el juego.
El descanso le sentó muy bien al Sevilla y la consigna era clara. Ir a por el segundo. En los primeros minutos embotelló a los rojillos, que prácticamente no la habían olido cuando De Jong culminó, a pase de Munir -genial su aportación en la ausencia de Ocampos-, una jugada espectacular de Fernando tras una recuperación en el círculo central.
El partido del Sevilla era coral. La defensa se mostraba firme ante un rival animoso, los que tenían que jugar la pelota la pedían y la distribuían bien, y las muy buenas versiones de Munir y De Jong hacían olvidar a dos titularísimos una jornada liguera más. La versión de LaLiga necesita de la ayuda de la segunda línea y esto es clave para seguir soñando con todo. Como muestra, incluso le dio minutos a Aleix Vidal como extremo, algo que prácticamente no sucedía desde el primer tramo de la 2014/15. Todos cumplieron su misión.
A Osasuna no le quedaba otra que buscar el gol que pusiera nervioso al Sevilla. Lo buscó, trenzó incluso jugadas, pero con poca fe ante el equipo que no concede un gol desde hace cinco jornadas y gana prácticamente siempre. El Sevilla le soltaba cuerda para volver a apretarle el collar cuando olía a momento determinante.
Bono no tuvo que hacer una sola parada y prácticamente ni tocó el césped mojado de El Sadar. Este equipo lo quiere todo y lo tiene todo para, como poco, sacar a relucir esa habilidad única de acoplarse a cualquier fiesta.
Seguimos creciendo y los demás ke miren cómo se hace, saludos desde Champions y desde la 3° plaza .